El Águilas Fútbol Club perdió por cero goles a uno ante la Real Balompédica Linense, en el encuentro disputado ayer en el Estadio Centenario El Rubial y correspondiente a la jornada 21 del campeonato en el Grupo IV de Segunda Federación. Los blanquiazules, puede que más espesos de lo habitual, no firmaron un mal partido, si bien pecaron de fallos de concentración en determinados momentos que dieron alas a la Balona y acabaron facilitando la victoria visitante en el 94’, en una acción extrañísima en la que Morcillo pilló desprevenido a todo el equipo y anotó el 0-1 desde campo contrario. Pese a la derrota, los de Sebas López se mantienen una semana más en la tercera posición de la tabla, aunque tan sólo dos puntos por encima del sexto clasificado.
Sebas López dio continuidad en la alineación a lo que había probado en los últimos partidos ante el Estepona en casa y el Cádiz Mirandilla, aunque con modificaciones. Dos, concretamente: Damián entró en el lateral izquierdo por el sancionado Góngora e Isi Ros volvía al once, permitiendo al Águilas jugar con dos hombres de banda puros y reubicando a Solano en punta junto a Francis Ferrón. Las oportunidades, todo hay que decirlo, no abundaron en la primera mitad. Sólo un buen remate de cabeza de Mawi con dirección a la escuadra inquietó de verdad a un Facu Ackerman que apenas tuvo trabajo antes del descanso.
Tras el entretiempo, la Balona salió mejor que el Águilas. O al menos, lo suficiente como para que la primera ocasión de la segunda parte tuviese color visitante, o que en el 50’ Aridane dispusiese de un claro penalti para poner por delante a los suyos tras un grave error defensivo del cuadro blanquiazul. Iván Buigues, no obstante, adivinó la intención del lanzamiento del canario y mantuvo las tablas en el marcador.
También lo hizo la madera apenas un cuarto de hora después, en la que fue, sin duda la ocasión más clara para los de Sebas López: un remate de cabeza de Francis Ferrón que se estrelló contra el palo. Los nuestros fueron superiores desde el penalti, si bien no terminaban de concretar ese dominio en lo que único que al final importa: el gol. Morcillo, en cambio, sí fue capaz de ello en el último suspiro del encuentro, cuando protagonizó la imagen más surrealista de la jornada. Corría el minuto 94’, el cuarto de los cuatro que había añadido Lidón Rocamora, cuando el propio colegiado indicó una falta del Águilas en ataque, a escasos metros del círculo central. Un jugador de los visitantes colocó con picaresca el balón en el suelo y, al no encontrarse levantado el brazo del árbitro ni haber solicitado barrera la Balona (normal, dada la distancia con respecto a la portería rival), Morcillo se erigió en el más listo de la clase y armó desde más de 50 metros un disparo perfecto que se coló en la meta de Iván Buigues ante su estupefacción y la de todos los presentes, muchos de los cuales ni siquiera parecían ser conscientes de lo que estaba ocurriendo, que en esencia era la constatación de la primera derrota de los blanquiazules en El Rubial en lo que va de temporada. Sebas López dijo en la rueda de prensa posterior al partido que el Águilas, en referencia a los errores defensivos que habían penalizado a los suyos, “jugó con fuego”. Y aunque eso no tiene que ser malo per se, la realidad es que se acabó quemando y perdiendo tres puntos que ojalá no tenga que echar de menos más adelante.
Águilas Fútbol Club: Iván Buigues, Blas, Pelón (Joel, 72’), Ebuka Nwenyi, Damián, Tropi, Mario Abenza, Isi Ros (Emaná, 61’), Mawi (Víctor Fenoll, 85’), Francis Ferrón y Solano (Aitor Pons, 85’).
Real Balompédica Linense: Facu Ackerman, Mancheño, Rafa Ortiz, Monteverde, Nani, Javi Pérez, Antonio Romero (Santafé, 68’), Pitu (Peral, 76’), Joao Pedro (Cera, 87’), Fran Carbià (Morcillo, 87’) y Aridane (Nando Copete, 68’).
Árbitro: Lidón Rocamora. Amonestó a Mancheño, Morcillo, Blas, Pelón, Joao Pedro y Mawi.
Goles: Morcillo (0-1, 90+4’)
