El Águilas Fútbol Club empató ayer a dos en El Rubial ante el filial de la Unión Deportiva Almería, en el estreno de la competición liguera en el Grupo IV de Segunda Federación. Los blanquiazules firmaron una primera media hora primorosa en la que se adelantaron por medio de Joel Rodríguez, pero vieron cómo dos jugadas aisladas entre el 33’ y el 39’ daban la vuelta al marcador en favor de los indálicos. Un gol de Javi Castedo prácticamente sobre la bocina del primer tiempo ponía la igualada -a la postre definitiva- en un partido loco en el que los nuestros merecieron mayor premio, pese a que también pudieron llegar a perderlo en la segunda mitad.
Fran Alcoy prometió en la previa del encuentro que sus chicos iban a “correr como animales” y a “jugar con balón” de la manera tan atractiva que habían demostrado en pretemporada. Dicho y hecho. Desde el pitido inicial, el Águilas fue un huracán ofensivo como pocas veces se ha visto en el pasado más reciente. El conjunto de la ciudad costera acumuló ocasiones de todos los colores antes del minuto 19’, que fue cuando convirtió una de ellas en el primer gol. Una pugna aérea entre Darío y un defensor rival acabó en una prolongación del extremo malagueño para la carrera de Joel Rodríguez, quien no perdonó en el uno contra uno ante Jesús López y rubricó su primer tanto con la elástica albiazul.
El viento seguía soplando en dirección a la portería almeriense. No en vano, tan solo dos minutos después del 1-0, Javi Castedo estuvo a punto de transformar el segundo en un disparo que se estrelló contra la madera. El balear, además, ya dispuso de otra oportunidad en los primeros compases. Como Pelón, cuyo remate de cabeza a la salida de un córner fue salvado sobre la línea por Jesús López. Isi Ros, el propio Joel Rodríguez e incluso Ebuka (a quien le anularon un gol en el 31’, por un supuesto fuera de juego que en la señal televisiva no se aprecia por ningún sitio) continuaron torpedeando la portería de un Almería B que, para estas alturas del partido, dicho con el máximo respeto, no podía creerse que la distancia en el marcador fuese tan reducida. Y los rojiblancos, ayer de verde, aprovecharon esa circunstancia a las mil maravillas.
De entre los muchos tópicos que se utilizan en el fútbol, hay pocos tan aceptados como el clásico “si perdonas mucho, lo acabas pagando”. Y el filial almeriense se cobró pronto esa factura. En el 33’, literalmente en la acción posterior a ese gol mal anulado a Ebuka, los indálicos se encontraron con el gol del empate en una jugada absolutamente aislada en la que Joan, con un potente disparo raso desde fuera del área, batió a Iván Buigues. El tanto enmudeció El Rubial, incrédulo ante lo que estaba viendo, y noqueó momentáneamente a un Águilas que, sin tiempo para recuperarse, encajó el segundo en una acción calcada a la de hace unos días frente al Cieza. Centro lateral y cabezazo desde el interior del área, en este caso de Lorenzo, al palo largo de la meta local. Era el 1-2.
Los hombres de Fran Alcoy, entonces, metieron quinta de nuevo e intensificaron el asedio sobre la meta visitante. Primero, Darío pidió penalti en una jugada en la que el malagueño fue derribado frente al portero por un defensa del Almería ‘B’. No fue la única vez, por cierto, que esto ocurrió, pues hubo varias manos dudosas en el área que fueron reclamadas -sin éxito- desde el banquillo y la grada. Y en el 44’, con el descanso asomando desde el vestuario, Iván Buigues lanzó la carrera de Isi Ros, quien ejecutó un contraataque sencillamente perfecto y habilitó a Javi Castedo para marcar a placer el 2-2.
La segunda parte, así mismo, inició por unos derroteros muy similares a los de la primera, con un Águilas dominador que encadenaba ocasiones y méritos (si es que en el fútbol tiene cabida esa palabra) para llevarse los tres puntos. Isi Ros, Joel Rodríguez, Kensly Vázquez sobre la bocina y, sobre todo, Javi Castedo ante Jesús López y Joel en un tiro contra el cuerpo del visitante Álex; tuvieron las más claras de un segundo tiempo en el que, todo hay que decirlo, los blanquiazules no estuvieron tan inspirados como en el primero e incluso pudieron perder el duelo si Perovic hubiese acertado ante Iván Buigues en la oportunidad de la que dispuso en el tiempo añadido.
El punto -de locura- conseguido por el Águilas puede resultar insuficiente en base a lo que se vio sobre el césped, pero esto acaba de empezar. E igual que se puede hablar de errores evitables en determinadas fases del encuentro (Fran Alcoy, por ejemplo, aludió a falta de contundencia en el postpartido), también es de justicia mencionar que este equipo tiene buena pinta y muy claro a lo que quiere jugar.