El Águilas Fútbol Club empató a cero ante el Orihuela Club de Fútbol, en el partido disputado anoche en el Estadio Municipal Los Arcos y correspondiente a la décima jornada del campeonato (aplazada por la DANA que ha asolado la Comunidad Valenciana) en el Grupo IV de Segunda Federación. Los blanquiazules se sirven del punto para salir de la zona de descenso, tras un duelo que, por momentos, pudo ganar cualquiera.
El Águilas sigue abonado al empate. Si alguien pensaba que el hecho de jugar en un día de semana podía alterar dicha circunstancia, en la noche de ayer comprobó que no llevaba razón. Da igual que lo merezca o no, que el rival tenga más o menos ocasiones y, en definitiva, cualquier situación que se dé. A estas alturas, hemos de aceptar como axiomática la afirmación de que a este equipo, por el motivo que sea, le cuesta más que a los demás ganar un partido.
El de ayer en Orihuela, por ejemplo, fue un “más de lo mismo” en toda regla, pero con el matiz que explicábamos en el primer párrafo: anoche, a diferencia de otras fechas, sí pudo ganar cualquiera. No en vano, en los resúmenes televisivos y/o de las diferentes plataformas digitales, podrán ver que el conjunto oriolano, hasta por dos veces, estrelló la pelota en la madera. Ambas, en un tramo de la segunda mitad en el que los escorpiones adelantaron líneas y hundieron atrás a un Águilas que, hasta entonces, prácticamente no había concedido ocasiones, más allá de un cabezazo de Chuli en el primer tiempo en una acción a balón parado. El propio delantero onubense y el ariete italo-brasileño Miguel Bianconi (en este caso, en el primer balón que tocaba) protagonizaron esos dos remates al palo.
Con respecto a los nuestros y a ese “más de lo mismo” al que hacíamos mención hace apenas unas líneas, las sensaciones fueron muy parecidas a las de jornadas anteriores, con un Águilas serio en defensa, organizado en el centro del campo y voluntarioso -pero desafinado- en los metros finales. De nuevo, hubo multitud de ocasiones que lamentar en las valoraciones postpartido: desde balones que se paseaban por delante de la línea sin que nadie acertase a introducirlos en la meta local, hasta inoportunos momentos de duda de jugadores que lo tenían todo para marcar. Y a ello, obviamente, hubo que sumar un par de actuaciones que rozaron lo milagroso de Aitor Arias, el guardameta escorpión.
En definitiva, el octavo empate del curso para los blanquiazules, el quinto con el resultado gafas: 0-0. Y en condiciones normales sería un buen botín, máxime ante un rival que venía de enlazar cuatro victorias consecutivas. El problema radica en que las urgencias actuales del equipo, amén de esa constante sensación de que siempre merece más, convierten un punto meritorio en insuficiente. Toca hacerlo bueno el próximo domingo ante el Villanovense.
Fuente: Águilas FC