El Águilas Fútbol Club venció por un gol a cero al Cádiz Club de Fútbol Mirandilla, en el encuentro disputado ayer en el Estadio Centenario El Rubial y correspondiente a la novena jornada del campeonato en el Grupo IV de Segunda Federación. Un gol de tacón de Héctor Martínez sirvió a los de Fran Alcoy para volver a ganar seis semanas después, reengancharse de lleno a la pelea por la entrada en los puestos de playoff de ascenso a Primera RFEF y, especialmente, afrontar con optimismo la ilusionante cita copera del próximo miércoles.
Antes de que Flick convirtiese en arte la línea defensiva adelantada y de que Ilia Topuria le recordase al mundo que es mejor no meterse con él en la puerta de una discoteca, los aficionados al deporte en nuestra localidad tenían una cita con un evento de menor magnitud, pero posiblemente de más importancia para el devenir más inmediato del fútbol aguileño. Y es que, a tan sólo unos días de disfrutar de la emoción y esa aura mágica que envuelve siempre a la Copa del Rey, el Águilas tenía la obligación de ganar para coger algo de oxígeno en liga y llegar a ese duelo frente al Castellón con la tranquilidad suficiente para afrontarlo sin complejos. Y aunque la versión mostrada en el césped por el cuadro blanquiazul no fue tal vez la más solvente del curso, el triunfo se quedó en casa, que es de lo que se trata el fútbol.
La primera media hora, no obstante, sí recordó a lo que el Rubial ha ido viendo a lo largo de la temporada doméstica. El Águilas, a través de la posesión y de ser un martillo pilón sobre la portería cadista, acumuló ocasiones de sobra para irse al descanso con algún gol de ventaja. Mario Abenza, Nando, Kensly Vázquez, Joel o Javi Castedo rondaron el tanto de múltiples formas distintas (un cabezazo que rozó el larguero, un remate salvado sobre la misma línea, disparos que probaban la solvencia del guardameta visitante…), si bien Hyeon-Jun Park protagonizó la oportunidad más clara del primer tiempo, con una fantástica jugada personal que acabó con un lanzamiento a la madera cuando todo El Rubial se levantaba ya para celebrar el gol.
También tuvo las suyas el Cádiz Mirandilla, que mejoró sus prestaciones según se iba acercando el descanso. No en vano, Javi Romano dispuso de un uno contra uno ante Iván Buigues que acabó en saque de puerta; y Fran Alcoy introdujo tres sustituciones de una tacada a la vuelta de vestuarios. Blas, Tropi e Isi Ros, así pues, saltaban al campo en lugar de Aitor, que estrenaba titularidad en el lateral diestro, Joel y Nando.
Los cambios surtieron efecto, pues apenas habían transcurrido cuatro minutos del segundo tiempo cuando Tropi provocó el “¡Uuuyyy!” de la grada en una acción casi maradoniana que acabó en córner. Hyeon-Jun Park fue el encargado de botar desde el banderín ese saque de esquina. El centro del coreano (que si no fue el mejor del partido, anduvo cerca) se dirigió con precisión hacia la cabeza de Kensly Vázquez, quien saltó por encima de todos los contrarios para asistir con la frente a Héctor Martínez, cuyo remate con la espuela izquierda se alojó en la portería y desató la euforia en una grada que no celebraba un gol desde el 15 de septiembre.
El 1-0, aunque definitivo a la postre, cambió la tendencia de un partido que, desde entonces, el Águilas nunca controló. No es que el Cádiz probase en exceso a Iván Buigues, pero sí fue mejor que el cuadro blanquiazul, impreciso y, en apariencia, temeroso de perder un botín tan valioso como difícil de retener en el pasado más reciente. El filial amarillo pudo empatar el partido en el 89’ en una triple ocasión en la que, todo hay que decirlo, la suerte se alineó con los nuestros por primera vez en toda la campaña. Ojalá que no sea la última y la victoria de ayer sirva para que este equipo despegue en la clasificación y, pensando en el corto plazo, vaya a por todas en la Copa del Rey. La fecha está marcada por todos en el calendario: miércoles 30 de octubre, a las 21:00 horas de la noche. Pinta a noche histórica, así que disfrutémosla, que ya habrá tiempo de volver a sufrir por lo que ocurre en la liga.
