Las precipitaciones de nieve en la ciudad de Águilas siempre constituyen un hecho relevante, pues la frecuencia de la irrupción de estos episodios suele ser nula. Debido a este carácter insólito, resulta interesante abordar el índice nival que la ciudad ha tenido, por implicar un importante hito climático, teniendo un alto valor emocional para quien lo ha presenciado.
No parece, por la situación geográfica en la que se ubica su término, que hubieran sido las nevadas en la antigüedad frecuentes en Águilas. Los registros históricos nos hablan de nevadas en Sevilla, Alicante o Valencia en los siglos XVI - XVII que se describen como hechos extraordinarios. Igualmente, en el siglo XIX los datos oficiales recogen una nevada en Almería (1883) y otra en Alicante (1870). Lo mismo podemos decir en nuestro entorno cercano. En Cuevas de Almanzora, el cronista Enrique Fernández Bolea habla en esa ciudad de dos nevadas durante ese siglo (1836 y 1885).
De Águilas, del siglo XIX tenemos un apunte en las actas municipales de 1858, cuando una ola de frío se dejó sentir, apuntándose que este hecho constituía “algo insólito y jamás conocido”. Los registros oficiales hablan de nevadas en las costas del sur de la península en 1850, una ola de frío siberiano que afectó la zona mediterránea en 1864 y otra de aire polar sobre el levante en 1876, sin conocer qué alcance pudo tener sobre la población.
Los primeros datos científicos de un temporal de frio que afectó la costa mediterránea con nevadas en ciudades como Alicante, Cartagena o Málaga, son de enero de 1885, no sabiendo cual fue su incidencia sobre Águilas. La ola de frio de origen siberiano invadió la Península a comienzos del mes de diciembre, siendo uno de los temporales de frío más intensos de finales del siglo XIX. El diario de Cuevas “El Minero de Almagrera” señalaba que “Los copos eran grandísimos, y el espectáculo tan nuevo en este país que la mayor parte de los vivientes no recordaban haberlo nunca presenciado” añadiendo que “Las sierras, los árboles, los caminos, las calles y los edificios quedaron cubiertos con su blanquísima sábana”.
Tenemos que esperar hasta el primer cuarto del Siglo XX para encontrar el primer documento acerca de la nieve en Águilas. En enero de 1914, una invasión de aire siberiano hará que las nevadas se generalicen, alcanzando hasta las costas mediterráneas en ciudades como Torrevieja, Cartagena, Alicante e incluso Orán en el norte de África. Lo que respecta al caso de Águilas, las sierras de alrededor se cubrieron de blanco, habiendo una serie de fotografías fechadas los días 2 y 3 de enero de 1914 del valle de Pinilla nevado, no habiendo referencias en prensa de si ocurrió también esto en el pueblo.
La primera nevada que cubrió Águilas de la que tenemos noticia fue el 26 de diciembre de 1926 y sería la más intensa que ha caído sobre la población. La nieve caída en muchos puntos del levante español. Lo podemos considerar como uno de los fenómenos meteorológicos más recordados del siglo XX, y no faltan motivos para ello. Según las referencias periodísticas, la nieve cayó con una intensidad poco habitual en numerosas localidades del este y sur de España, en ciudades y pueblos costeros como: Cartagena, Almería, Garrucha, Torrevieja, Alicante o Mazarrón, nada acostumbrados a este tipo de precipitaciones. En la prensa se habla de la magnitud de este fenómeno. Descuellan las cifras alcanzadas en Murcia –más de un metro de espesor- y en Alcoy, donde en algunas de las sierras cercanas al municipio se alcanzó más de dos metros, quedando ambas incomunicadas. La “gran nevada” cortó las comunicaciones ferroviarias, hundió techumbres y provocó problemas de abastecimiento que dispararon los precios de alimentos de primera necesidad. El historiador de Cuevas de Almanzora, Gregorio José Bernabé, dice que los campos estuvieron cubiertos más de veinticuatro horas por una gruesa capa de nieve, y en Almagro, Almagrera y Cerro de los Pinos se cubrieron durante diez días, lo que suponía todo un récord en esta latitud.
Los medios informarán acerca de la intensidad que tendrá la nevada sobre Águilas.
El Liberal 31/1/1927
La nevada que ha cubierto a casi toda España, llego hasta nosotros en una Intensidad jamás conocida, hasta el punto de que con nuestras calles y en los mismos barcos que había en el puerto cuajó la nieve llegando a cubrirlo todo y en un espesor de unos diez centímetros.
Tanto por ferrocarril como por carretera no hubo comunicación con la parte de Murcia ni Cartagena, continuando hasta ayer interrumpido el tránsito entre esta y Lorca.
La nieve que en las calles bien pronto quedó fundida ha continuado viéndose hasta ayer en cuantos montes circundan la población.
No se sabe de desgracia personal alguna a pesar de que a muy pocos kilómetros de ésta llegó la nieve a tener más de un metro de espesor.
Los años treinta presentan también un episodio de inestabilidad con nevadas. Una ola de frío polar marítimo en enero de 1935, a la que seguirá otra de heladas de radiación en el mes de febrero, provocó que la nieve llegue a pueblos costeros como Garrucha, Almería y Cartagena. Estos dos meses se caracterizaron por las frías temperaturas en el área del sureste, teniendo unos valores muy bajos, llegando a nevar en lugares como Cádiz donde resulta complicado. Lo mismo podemos decir de Garrucha, donde este tipo de precipitaciones son infrecuentes.
La ciudad de Águilas tendrá una ligera nevada, resultando de intensidad en las cumbres de las sierras cercanas. En este sentido, destacar por su rareza que el Cabezo de Cope recibirá nieve. Desde la prensa local tenemos información referente a la borrasca de frio en la población.
Renovación 3/2/1935
Nevar, no llegó, casi, en el pueblo; pero, las cumbres de nuestras sierras si vistieron el sudario niveo, sufriendo nosotros las mortificantes consecuencias del ventisquero…
La tradición oral nos ha transmitido la nevada que tuvo lugar la mañana del 19 de marzo de 1939, durante la guerra civil. Lo inusual de este fenómeno en nuestra población, unido a la fecha tardía en que se produjo, fue interpretado por los mayores como un símbolo de paz, de que la contienda iba a terminar pronto, por el blanco que cubrió el suelo, como realmente sucedió un mes después, finalizando este trágico periodo de nuestra historia.
El invierno 1945-1946 había comenzado con las nevadas que cayeron en ambas mesetas durante los días de Nochebuena y Navidad. El temporal de nieve se intensificará el inicio del año, desplazándose también al Levante y Andalucía. De de esta manera alcanzará Cartagena y la costa de la Región de Murcia. En Águilas, la nieve cubrió las sierras cercanas y llegó a cuajar en la población, siendo esta la última ocasión que se vio el monte del castillo blanco.
La Vanguardia 19/1/1946
En la zona alta del Segura y en todo el campo de Cartagena ha caído una nevada que alcanza hasta el litoral de Águilas.
Una ola de frio de aire continental afectará en febrero de 1954 España peninsular y cuenca mediterránea, haciendo descender los termómetros a valores excepcionalmente bajos. El hecho más reseñable, por lo extraordinario, son las nevadas caídas en amplias zonas del suroeste peninsular. Este episodio provocó la mayor nevada recordada en el litoral granadino. La nieve aguantó hasta tres días en algunas laderas de Salobreña, a nivel de mar, lo que constituía un hecho inédito. En la ciudad de Cuevas de Almanzora se rebasaron los veinte centímetros de espesor, lo que no ha vuelto a suceder de nuevo, siendo esta la última ocasión que esta localidad cercana a nosotros se cubra de nieve. La población de Águilas recibirá el blanco elemento produciendo sorpresa entre sus habitantes.
Línea 4/2/1954
En Águilas, donde no nevaba desde 1935, el espectáculo fue observado por millares de personas.
El ciclo de inestabilidad atmosférica de origen continental que hubo en enero de 1957 dará lugar a valores bajos con nevadas débiles en puntos cercanos a la costa, viéndose de blanco los montes de nuestro entorno.
Línea 22/1/1957
Los montes cercanos cubiertos por una espesa capa de nieve constituyen en estos días una atracción para la gente joven que en gran número organiza excursiones para practicar juegos y deportes de invierno.
Habrá que esperar hasta la década de los ochenta para vivir otra alteración meteorológica importante que provocará que la nieve vuelva a caer cubriendo las calles de la población, siendo la última ocasión que suceda. Los niños entusiasmados saldrán a la calle a celebrarlo por la novedad que esto suponía. La prensa regional informará sobre una efeméride insólita no repetida en la población.
Línea 13/1/1981
ÁGUILAS. (De nuestro corresponsal, AGUSTÍN MUÑOZ). —Sobre las ocho menos cuarto de la tarde de ayer, y después de un fuerte trueno, empezó a caer una granizada muy intensa, y a los pocos minutos se convirtió en una nevada, dejando completamente blanca toda la Glorieta y todos los vehículos aparcados en las calles, quedando también las calles completamente nevadas; permanecieron así durante unos quince minutos, ya que a causa de la lluvia que cayó a continuación se deshizo el blanco manto.
La borrasca de 1983 que cubrió de blanco la ciudad de Murcia también se dejó sentir en nuestro entorno, habiendo una importante nevada en el campo de Águilas y sus montañas. El valle de las Cruceticas, donde no suele ser habitual, se cubrirá con el blanco elemento. Igualmente puede decirse del Barranco de los Asensios, donde tampoco resulta habitual.
En los años noventa no habrá eventos destacados de nieve, hasta que llegue el presente siglo. El tiempo transcurrido desde la última ocasión en suceder hará que muchos se desplazan a contemplarla. No será una nevada fuerte, pero despertó el lógico interés de la población. Las cimas del Talayón pequeño de Chuecos se tiñeron de blanco después de mucho tiempo, al igual que la zona cercana al Campico de los Lirias, donde la nieve se conservó varios días.
El Faro 17/1/2003
La nieve cogía ayer por sorpresa a los aguileños, que no recordaban nada igual desde hace años. A tan solo unos diez kilómetros del casco urbano de la localidad, en la diputación aguileña de Tébar, esta “delicia” blanca hacía su aparición a primeras horas de la mañana, prolongándose hasta bien avanzada la tarde noche. Las colas de coches hasta la zona fueron incesantes a lo largo de todo el día, debido a la expectación de este fenómeno meteorológico, tan poco frecuente para los ciudadanos del litoral.
Un intervalo en el trabajo, o aprovechando la salida de los escolares, fueron suficientes para que nadie quisiera privarse de este paisaje casi norteño”. No en vano, el frio también pillaba por sorpresa, con temperaturas que no sobrepasaron los ocho grados en la localidad en pleno medio día, y más aún en las zonas nevadas, donde se llegó a los cero.
Otro temporal de nieve que alcanzó el litoral de Murcia en enero de 2005 lo cubrió de blanco, salvo el sector de Mazarrón y Águilas, cayendo pequeños copos sobre Águilas durante algunos minutos. El área de Los Mayorales, donde raras ocasiones se produce este fenómeno, en esta ocasión recibirá esta precipitación, viéndose desde la población las montañas con nieve, una estampa inaudita, muy pocas veces observada, con la silueta de la morra del Jaral, con las antenas características que tiene en su cumbre nevadas, no repitiéndose desde entonces.
La Crónica del Sureste 1 al 15 de febrero de 2005
La Sorpresa inundaba a los ciudadanos aguileños cuando la mañana del pasado miércoles veían caer pequeños copos de nieve a su alrededor, aunque estos al llegar al suelo se convirtieran en agua. Sin embargo, en zonas muy cercanas al municipio, la nieve si llegó a cubrir con su manto blanco cuanto la vista podía alcanzar.
Así fue el caso de la cuesta de Gos, lugar hasta el que se acercaron numerosos aguileños con el propósito de poder disfrutar de una experiencia que no se había repetido desde hacía más de veinte años atrás. Como ilustra la imagen, la capa de nieve llegó a ser considerable en esta pedanía situada a pocos kilómetros de la ciudad.
Los temporales se sucedieron durante este periodo. Durante el episodio meteorológico de enero de 2009, donde Águilas quedó incomunicada por carretera, atrapando a muchos aguileños que se habían acercado para verla, resultando una auténtica odisea la vuelta. La nieve cubrió el Talayón de Chuecos, llegando también a alcanzar el castillo de Tébar.
La Actualidad 16/1/2009
La nieve cayó con fuerza ayer en la comarca del Guadalentín, un hecho que, unido a la falta de previsión por parte de los cuerpos de seguridad y Protección Civil, con apenas efectivos, derivó en una caótica situación que se alargó desde las 18:00 horas hasta cerca de las 21:00 horas, cuando se abrió el paso de manera controlada para esos vehículos, al tiempo que la zona ya estaba restringida para el resto de vehículos. Asimismo, fueron muchos los aguileños que tuvieron que desviarse hasta Pulpí para poder llegar Águilas.
La última borrasca importante que se ha producido en nuestro entorno, llegando incluso a nevar en la ciudad de Murcia ha sido en 2017. La nieve fue de enorme intensidad, llegando hasta el valle de Chuecos y de Pinilla, donde normalmente no suele hacerlo, dejando todas sus cumbres blancas. Otras zonas del municipio, como el Talayon o el Campico de los Lirios, quedaron cubiertas totalmente de nieve durando varios días por la cantidad acumulada.
La Opinión 17/1/2017
La nieve hizo acto de presencia en el término municipal de Águilas sobre las cuatro de la tarde, los primeros copos cayeron en el puerto de Purias, entre los límites municipales de Lorca y Águilas, hasta donde se desplazaron a lo largo de la tarde números aguileños, puesto que la nevada llegó a ser muy copiosa. Conforme avanzaba la tarde comenzó a nevar en las pedanías de Tébar, Los Arejos, Cuesta de Gos y Peñarrubia, sin producirse ningún incidente reseñable, tan sólo por las placas de hielo que se formaron en la carretera, dos camiones que se cruzaron en la autovía Lorca-Águilas, en la bajada de Purias hacia la ciudad costera, según informaron esta redacción fuentes municipales.
No cabe duda de que esta clase de precipitaciones, aunque no sean episodios meteorológicos frecuentes en la población, se han producido a lo largo del tiempo en alguna ocasión, habiendo quedando como un acontecimiento climatológico relevante dentro de la historia de Águilas.
Artículo: Pedro Francisco Sánchez Albarracín.
Foto cedida por Pedro López Piñero.