El Águilas Fútbol Club perdió por dos goles a uno ante el Club Deportivo Don Benito, en el encuentro disputado esta mañana en el Municipal Vicente Sanz de la ciudad extremeña y correspondiente a la cuarta jornada del campeonato en el Grupo IV de Segunda Federación. Los blanquiazules cedieron en el descuento un punto que premiaba la igualdad imperante del duelo y cosechan así su primera derrota de la temporada.
Los fantasmas nunca se marchan del todo. Eso tendrán que pensar los aficionados de un Águilas que este mediodía se ha topado con dos de los que más le atormentaron en un pasado no tan lejano: los goles en contra en el tiempo añadido y el propio Don Benito, el equipo que aquella fatídica mañana de 2022 le mandó de vuelta a Tercera. Hoy, obviamente, el final no fue tan trágico, pero sí dejó un regusto amargo en comparación con lo visto hasta ahora.
En el Vicente Sanz, así pues, el Águilas mostró una versión casi irreconocible. A los de Fran Alcoy, se les vio indecisos con el balón, menos intensos de lo habitual en la presión y, sobre todo, más frágiles en defensa que en los tres primeros partidos de la competición. No en vano, el primer gol fue casi un cúmulo de todo eso. Oussama, de esta manera, se aprovechó de las circunstancias y adelantó a los suyos en el 7’, en una acción en la que ganó la espalda a la defensa blanquiazul y no perdonó en el uno contra uno ante Iván Buigues.
El conjunto de la ciudad costera, fiel a su costumbre, reaccionó y, tan sólo diez minutos después, se topó con el tanto del empate. Ebuka avanzó cual cuchillo en mantequilla por el carril del diez y cedió a Javi Castedo, quien se perfiló a las mil maravillas con su control orientado y quitó el polvo de la escuadra derecha de la portería defendida por el guardameta Pablo. Es el tercer gol del delantero balear con la camiseta blanquiazul.
La primera parte avanzó desde entonces en una dirección cada vez más alejada de una hipotética victoria aguileñista. Los nuestros se apoyaron en el buen hacer de Iván Buigues y en la solidez de la madera (hasta dos palos contó el conjunto local en el partido) para mantener el 1-1, al menos, hasta el descanso.
Fran Alcoy, intervencionista (para bien) como siempre, movió el banquillo de cara a la segunda parte e introdujo dos sustituciones, dando entrada a Nando y Juan Delgado por Isi Ros y Kensly Vázquez, respectivamente. Esta vez, sin embargo, los cambios no surtieron el efecto esperado. Lejos de eso, el Águilas sufrió más que en todo lo que llevábamos de campeonato y se alejó demasiado de la portería rival. La balanza, eso sí, se equilibró un poco más en el tramo final, donde los blanquiazules, incluso, dispusieron de sendas ocasiones claras de gol en las botas y la cabeza de Juan Delgado.
Y entonces, cuando el partido agonizaba y ambos equipos parecían dar por bueno el punto, los fantasmas del pasado hicieron acto de aparición. Una falta lateral en el último suspiro finalizó con un cabezazo de Javi Tapia al palo largo ante el que nada pudo hacer Iván Buigues. Ese 2-1 fue lo último que ocurrió en un partido tan disputado como, todo hay que decirlo, poco brillante en clave blanquiazul. El Águilas tendrá la oportunidad de resarcirse el próximo domingo en el Rubial, a las 18:00 ante el Xerez Deportivo.