16/10/2022

El Águilas empata ante el Lorca un derbi feo, mal arbi trado y en el que apenas se jugó en toda la segunda mitad

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El Águilas Fútbol Club empató a uno en el derbi comarcal ante el Club de Fútbol Lorca Deportiva, disputado en el Mundial 82' y correspondiente a la jornada 6 del campeonato en el Grupo XIII de Tercera Federación. Los blanquiazules se adelantaron en el 10' gracias a un gol de Aitor Pons, pero vieron cómo tan solo un minuto después su rival igualaba la contienda por mediación de Dani Bermejo. El Águilas jugó dos tercios de partido con uno más, si bien los continuos errores del colegiado y su permisividad con la dureza y las reiteradas pérdidas de tiempo de los locales convirtió el encuentro en un espectáculo lamentable en el que hubo de todo menos fútbol.

Si el comienzo les parece duro, ya les avisamos de que la crónica apenas va a salir de esa tónica. De hecho, sólo en este párrafo (el que corresponde al primer tramo de partido) encontrarán referencias a elementos propios de un deporte. No en vano, era a esas alturas del duelo cuando se sucedían los dos únicos goles de la tarde. Cristo Martín regateó en banda a Rubén Primo y acabó armando un centro medido que Aitor Pons convirtió en el 0-1. Muy poco, no obstante, le duró la alegría al Águilas, pues apenas unos segundos después, un exblanquiazul como Dani Bermejo anotaba el empate que, aunque por aquel entonces aún no se sabía, se convertiría en definitivo. Algunas llegadas con peligro del Águilas y un par de buenas ocasiones protagonizadas por Góngora y el propio Aitor Pons fueron todo el fútbol que le quedaba al partido.

Y es que en el 37’, el citado Rubén Primo terminó de embarrar un encuentro al que, en honor a la verdad, no es que le sobrara juego. El central valenciano (otro ex del Águilas) agredió a Góngora en una tangana y vio la roja directa. Aunque se podría pensar que el duelo se iba a convertir en un paseo para los visitantes, la realidad tuvo poco que ver con eso. De hecho, el colegiado del derbi, Lorente Heredia, pareció no estar 100% seguro de su decisión, pues empezó a encadenar un error detrás de otro y a evidenciar que un partido tan importante y disputado, dicho con todo el respeto posible, fue demasiado para él. Y la segunda parte no hizo más que confirmar esas sospechas.

Cierto es que el Águilas, a pesar de que Sebas introdujo hasta dos sustituciones en el descanso, no estuvo cómodo en ningún momento sobre el césped -artificial- del Mundial 82’, pero también que la sucesión de elementos y circunstancias que fue enfrentando no ayudaron lo más mínimo a cambiar la tendencia. De entrada, el Lorca firmó el empate muy pronto y se obcecó en detener el partido tantas veces como pudo. O tantas veces como le permitió Lorente Heredia, depende de cómo se mire. Suena relativamente lógico (aunque sorprenda en un candidato al ascenso, todo sea dicho) que un equipo se conforme con un punto en casa al quedarse con diez, pero la obligación de todo árbitro es luchar contra eso. Y si alguien se escuda en el “añadió diez minutos”, que es perfectamente lícito, vaya por delante que el tiempo efectivo de la segunda mitad fue inaceptablemente escaso.

El colegiado, además, no sólo toleró pausas que se contaban por minutos, sino que para más inri, cometió errores que sólo se entienden en árbitros de inferior categoría o en jueces demasiado inexpertos y nerviosos para pitar un duelo de tanta enjundia e intensidad. Es inexplicable, por ejemplo, que un trencilla no sepa que si un guardameta suelta la pelota de sus brazos, la deja caer al suelo y luego vuelve a cogerla, está cometiendo una infracción. Y Archibald, portero del Lorca, lo hizo dos veces. También que si Góngora sale con la cara ensangrentada del campo y tiene que ser sustituido por una conmoción tras un recibir un golpe con el brazo de un rival, la tarjeta recibida por el autor de dicha falta sea amarilla y no roja. No es llorar, que conste, sino simplemente hacer palpable un malestar derivado por una concatenación de errores que sencillamente no pueden ocurrir. O, si lo prefieren, es subrayar la evidencia de que el fútbol, un deporte al que el Águilas intenta jugar cada fin de semana independientemente de la superficie o del rival, tiene poco que ver con lo que se vio esta tarde en el Mundial 82’. Cieza y próximo partido. No hay más.

Águilas Fútbol Club: Iván Buigues, Ayala (Blas, 45’), Ramón Arcas, Dani Pérez (Borja García, 45’), Góngora (Adri, 70’), Óscar Castro, Cristo Martín, Diego López (Casi, 62’), Víctor Fenoll, Álex Peque y Aitor Pons.

Club de Fútbol Lorca Deportiva: Archibald, Luismi, Juande, Rubén Primo, Juanjo, Pipi, Serrano, Peli (Leomar, 82’; Gonzalo Issa, 89’), Albert (Moha, 72’), Cellou (Javi Vera, 86’) y Dani Bermejo.

Árbitro: Lorente Heredia. Amonestó a Luismi, Gonzalo Issa, Peli, Archibald, Javi Vera, Leomar y Serrano (Lorca) y a Ramón Arcas, Dani Pérez, Ayala, Borja García, Óscar Castro y el entrenador Sebas López (Águilas); y expulsó a Rubén Primo (Lorca) por una agresión.

Goles: Aitor Pons (0-1, 10’) y Dani Bermejo (1-1).

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