El Águilas Fútbol Club empató a cero ante el Club Atlético Pulpileño en el encuentro correspondiente a la jornada nueve del campeonato. Los hombres de Molo, intratables lejos del Rubial, volvieron a dejar escapar puntos en casa, merced fundamentalmente a dos cuestiones: la falta de acierto de cara a gol y una actuación arbitral muy protestada por los locales Los blanquiazules, que suman 16 puntos en nueve partidos, ceden una plaza en la clasificación, pero se mantienen en puestos de playoff.
Los primeros minutos del choque reflejaron la tónica que imperaría durante los 90 minutos: un Águilas dominador, propositivo y generador de ocasiones que, por una amplia lista de razones, nunca terminarían de materializarse. De tantos colores como disfraces de Halloween se vieran anoche en las calles, las tuvo el Águilas. Petravicius, Pedro Torres, Uri y sobre todo Cellou (quien dispuso de un remate franco de cabeza y un mano a mano que acabó con un disparo a la madera), fueron los autores de las más claras.
Ninguna de ellas acabó en el interior de la portería que defendió con mucho acierto Erik, el teórico suplente de Héctor Pizana. Y da la sensación de que aunque el partido hubiese durado seis horas, el final no habría sido distinto. Este Águilas hace tantas cosas bien a nivel táctico que fastidia una barbaridad que en casa (fuera del Rubial no es así, vayan ustedes a saber por qué) haya dos males casi endémicos: la mala fortuna en los minutos finales y la necesidad de hacer demasiados esfuerzos en comparación con el rival para conseguir un gol. El primero de esos dos fantasmas no hizo esta vez aparición por uno de los estadios más antiguos de España, pero el segundo no quiso dejar escapar la oportunidad de celebrar cruelmente la fecha más apetecible para las fuerzas de mal.
A la fiesta, además, se sumaron dos nuevos monstruos. No es más que una metáfora, vaya por delante. El que hizo más daño en lo físico –y por conexión del futbolista que lo sufrió con la grada, puede que también en lo emocional- fue el que se manifestó en forma de lesión de Iván Buigues. El guardameta se midió en un choque con Borja García, quien llegó tarde a la acción y golpeó con tan poca intención como violencia el pie del arquero mutxameler. Éste se retiró a los pocos minutos entre gestos de dolor y se marchó al hospital para realizarse pruebas que determinasen el alcance de una lesión que supuso el debut en partido oficial con la camiseta del Águilas de Leó Santos.
Pero sin duda, el monstruo más aterrador que se dejó ver por El Rubial (recuerden: es sólo una metáfora, por eso de que anoche se celebraba Halloween) fue el arbitraje del valenciano García Aceña. Hay varias situaciones por las que su actuación puede ser calificada –y más en un día así- de verdaderamente terrorífica, pero dos se erigen por encima de las demás: la clemencia ante un Rubén Primo que debió ver su segunda amarilla al derribar a Cellou cuando encaraba solo la portería de Erik y, sobre todo, una mano clarísima en el área visitante en la segunda parte que el colegiado no vio y su asistente, sorprendentemente, no interpretó como tal. Es el segundo error de esa magnitud en dos partidos, tras aquel balonazo en el pecho que Carlos López sufrió en casa del Socuéllamos y que acabó en penalti en contra. No influyó en el resultado el pasado domingo, pero sí en este Halloween en el que Águilas tuvo que enfrentarse a demasiados monstruos y fantasmas como para llenar la bolsa de caramelos.
FICHA TÉCNICA
Águilas F.C.: Iván Buigues (Léo Santos, 32’), Javi Pérez, Mike Gaffoor, Uri, Juanjo (Mounir, 61’), Ramón Arcas, Junior Loussoukou (Trebotic, 69’), Pedro Torres (Kalu Uche, 69’), Abel, Cellou (Toni Jovic, 61’) y Petravicius.
C.A. Pulpileño: Erik, David Ardil (Pruden, 57’), Mati No, Rubén Primo, Nacho Ruiz, Emilio Iglesias, Juanra, Peli (Álvaro Garrido, 77’), Borja García (Pablo Aguilera, 28’; Juan, 77’), Cristo Martín y Cristo García.
Equipo arbitral: Miguel García Aceña, Javier Villaescusa Alarcón y José María Ibáñez Granell, del colegio valenciano.
Goles: -
Tarjetas amarillas: Borja García (14’), Javi Pérez (42’), Rubén Primo (42’), Ramón Arcas (45’), Junior Loussoukou (45’), Pruden (54’) y Cellou (59’).