El Águilas Fútbol Club empató ayer a cero ante el San Fernando Club Deportivo, en el encuentro disputado anoche en el Estadio Iberoamericano 2010 del complejo Bahía Sur y correspondiente a la jornada 2 del campeonato en el Grupo IV de Segunda Federación. Los blanquiazules reincidieron en las buenas sensaciones del estreno liguero y fueron mejores que su rival hasta que el colegiado, el ceutí Pozo Fernández, desniveló el partido con una expulsión tan injusta como ridícula.

Pese a la fantástica imagen ofrecida el pasado domingo ante el filial de la Unión Deportiva Almería, especialmente a nivel ofensivo, Fran Alcoy cambió el dibujo e introdujo tres modificaciones (una de ellas, obligada por la inoportuna lesión de Joel Rodríguez) en el once. La principal variante fue la transformación de la línea de cuatro en una defensa de tres centrales, con dos carrileros largos. Sorprendió, por cierto, la ubicación del multiusos Joel escoltando a Pelón y Ebuka en el eje de la zaga.

Con todo, muy pronto el Águilas dispondría de una ocasión tan clara como algunas de las 19 que encadenó hace más de una semana en el duelo frente al conjunto indálico. Así, en el 2’, Kensly Vázquez se plantó solo ante De la Calzada, quien se hizo grande en el uno contra uno y evitó el primer tanto del delantero haitiano con la camiseta blanquiazul. El exguardameta de La Unión, así mismo, protagonizaría más paradas de mérito ante Isi Ros y Javi Castedo, para permitir que su equipo se marchase al descanso con la portería a cero, pese al claro dominio del cuadro que ayer vistió, por primera vez, de granate, negro y dorado.

De cara al segundo tiempo, Alcoy introdujo otra sustitución, retirando del campo a Isi Ros, para dar entrada a Nando, quien jugó sus primeros doce minutos como aguileñista. Y no, lo de los doce minutos no es un error, o al menos no uno que le puedan imputar a este humilde cronista. Y es que en el 57’, el juez de la cita, muy superado por las circunstancias de un partido que claramente estaba por encima de sus capacidades, cedió ante las presiones de la grada local y sacó una tarjeta roja absolutamente injustificable al nuevo jugador blanquiazul. No era ni amarilla, se lo prometemos. Pero si ustedes no se fían del criterio de una parte interesada, basta con que acudan a la retransmisión televisiva y vean la imagen con cierto detenimiento (tampoco hace falta coger una lupa, porque la acción es meridiana), para confirmar que Nando no sólo no va al cruce “con la fuerza excesiva” que el árbitro reflejó en el acta, sino que recoge la pierna antes del contacto y hace todo lo posible por evitarlo. Y no, no es un caso de esos en los que el reglamento actual va por un lado y el sentido común va por otro, como esa histeria con las manos y con conceptos como “posición antinatural”. No es roja, como no era falta ni fuera de juego la acción por la que, en la primera jornada, otro árbitro anuló un gol legal a Ebuka Nwenyi. Son ya dos partidos consecutivos marcados por sendos errores de bulto que, frustraciones aparte, han afectado a su devenir y su resultado final.

Sea como fuere, el Águilas pareció replicar futbolísticamente a Helenio Herrera y a su proverbial “se juega mejor con diez que once”. Tal vez “mejor” no es la palabra más precisa, pero lo cierto es que los hombres de Fran Alcoy se mantuvieron igual de firmes en defensa y casi tan peligrosos en ataque, pese al sobreesfuerzo de competir más de 40 minutos con uno menos. Sólo unos minutos de empuje final por parte del San Fernando en los que los aficionados locales pudieron conocer en persona a Iván Buigues plantearon una duda moderadamente razonable sobre si el Águilas era merecedor o no de algo más que el empate, si bien, en honor a la verdad, tampoco importó mucho, porque al final fue lo que ocurrió. Otro empate, en este caso a cero, otra polémica y otra semana con la sensación de que este equipo pinta muy bien y de que tan sólo necesita una victoria para rubricarlo del todo.

Fuente: Águilas FC