El Águilas Fútbol Club inició su andadura en la Segunda División de la Real Federación Española de Fútbol, sumando un punto –o cediendo dos, según se quiera ver el vaso- ante el Atlético Mancha Real. Los blanquiazules se pusieron por delante en el minuto 60’ gracias a un gol de penalti de Rafa Chumbi, pero vieron cómo Mauro, en una acción a balón parado sobre la bocina, empataba de cabeza para los visitantes.
Se tituló la previa de este partido bajo la frase ‘Todo listo para echar a volar’, en clara referencia a las dos águilas que presiden el escudo de este histórico club. Y resulta paradójico, puesto que al final, tanto literal como metafóricamente, los que volaron fueron los puntos. Literal, porque el empate llegó en un balón aéreo. Y metafórica, porque es justo reconocer que el Águilas merecía la victoria y que, por ende, más que de un empate, toca hablar de un triunfo no conseguido.
Todas las opiniones son respetables, faltaba más. Sin embargo, negar que los de Molo fueron mejores a los puntos no suena excesivamente realista. El Águilas salió intenso al encuentro y en apenas 15 minutos ya había acumulado varias llegadas con peligro al área rival. Abel (uno de los hombres más destacados del partido) y el punta aguileño Rafa Chumbi fueron los protagonistas de las ocasiones más claras.
Cierto es que, especialmente en la primera parte, no todas esas aproximaciones se acabaron de traducir en goles o simplemente tiros a puerta. No obstante, también lo es que Iván Buigues no tuvo que intervenir ‘de verdad’ hasta el 33’, o que el conjunto blanquiazul no sólo se mostró muy serio durante los 90 minutos, sino que en tramos determinados rozó la brillantez. El paradigma a este respecto es el cuarto de hora que prosiguió al gol de Rafa Chumbi. Este tanto –el primero con la camiseta del primer equipo del Águilas Fútbol Club- llegó tras un penalti protestadísimo por la expedición visitante, al entender sus integrantes que la acción defensiva entre Carlos Jiménez y el local Javi Pérez podía castigarse con un mero juego peligroso y, por extensión, un mucho más inocente libre indirecto dentro del área.
Tras ello, Trebotic entró por Junior Loussoukou y el Águilas secuestró la pelota en el mejor de los sentidos. La sensación de control, acentuada por la pausa de hidratación o el carrusel de cambios de los últimos minutos, era tal que el desenlace se identifica a la perfección con la popular expresión “jarro de agua fría”. O incluso “quedarse con cara de tonto”, que es menos elegante, pero igual de apropiada para el contexto que nos ocupa. No hay que olvidar, sin embargo, que el último partido oficial disputado en El Rubial también se resolvió en el descuento. Y que aquel día, si algunos lloramos, fue de felicidad. Por no hablar de que esta vez, además, no hay tiempo para lamentos. La competición, que acaba de empezar, continúa: Toledo y nada más.
FICHA TÉCNICA
Águilas F.C.: Iván Buigues, Javi Pérez, Mike Gaffoor, Uri, Mounir, Ramón Arcas, Junior Loussoukou (Trebotic, 63’), Barrenetxea (Carlos López, 79’), Abel (Cellou, 79’), Toni Jovic y Rafa Chumbi (Kalu Uche, 86’).
Atlético Mancha Real: Lopito, Carlos Jiménez, Villarejo, Falo (Edu Viaña, 85’), Mauro, Juanma, Óscar Quesada (Juanca, 64’), Migue Montes (José Enrique, 75’), Pedro Corral (Siles, 75’), Urko Arroyo y Rafa Vega.
Equipo arbitral: Pérez Guimera, González-Campo Monroy y Tercero Campos, del colegio castellano-manchego.
Goles: Rafa Chumbi (60’, p.), Mauro (90’).
Tarjetas amarillas: Óscar Quesada (14’), Junior Loussoukou (39’), Carlos Jiménez (58’), Abel (67’), Javi Pérez (74’), Rafa Chumbi (82’) y Ramón Arcas (90’).
Incidencias: disputado ante unos 900 espectadores.
Fuente: Prensa Águilas FC