El Águilas Fútbol Club perdió por un gol a cero ante el Club de Fútbol Villanovense en el encuentro disputado este mediodía en el Estadio Municipal Villanovense de Villanueva de la Serena y correspondiente a la jornada 13 del campeonato en el Grupo IV de Segunda Federación. Los hombres de Fran Alcoy jugaron con uno menos desde el minuto 34’ por una roja directa a Blas que admite poca discusión. El cuadro blanquiazul, que volvió a errar multitud de ocasiones frente a la portería contraria, cae a puestos de promoción.
Este Águilas está gafado. Habrá, como siempre, opiniones para todos los gustos y de tantos colores como existen. Sin embargo, la sensación imperante de hoy es, en esencia, la misma de las últimas semanas. No importa lo bien -o mal- que juegue este equipo, ni los méritos que acumule durante los 90 minutos, porque el desenlace tiende a cambiar poco o nada. Y en este caso, además, la alteración fue a peor, porque no sólo no ganó, sino que perdió.
El planteamiento sonaba a acertado. Fran Alcoy repitió la línea de cuatro (mucho menos habitual fuera de casa) y sus hombres comenzaron ordenados y moviendo la pelota con cierta facilidad ante un Villanovense que, aunque sólido en defensa, no tiró a puerta en toda la primera parte. Desde luego, parecía que si alguien tenía controlado el encuentro, era el conjunto aguileño. No obstante, en el 34’, todo se torció. Un córner mal ejecutado por los nuestros acabó con Blas, el hombre que acostumbra a quedarse de cierre en los saques de esquina para evitar posibles contraataques, superado por su rival y, en consecuencia, prácticamente obligado a derribarle para impedir su avance hacia la portería de Iván Buigues. El colegiado del encuentro, el ceutí Pozo Fernández, no dudó y le mostró la cartulina roja. Y la verdad es que la decisión, al menos en opinión del que escribe, era comprensible y justificada.
Lejos de apagarse, el Águilas continuó atacando la portería defendida por el local José Andrés. Con el único ajuste del desplazamiento de Sergio al lateral diestro, los de Fran Alcoy siguieron como si nada hubiese ocurrido. Tanto fue así que Joel Rodríguez estrelló un balón contra la madera en el tramo final del primer acto. No fue el único acercamiento de los blanquiazules, quienes, una vez más, denotaron ciertas dudas en la finalización y el último pase: centros que se paseaban por el área sin encontrar rematador, acciones que se resolvían de manera imprecisa…
Puede que el guion relatado hasta el momento les suene de fechas anteriores, si bien el macabro escritor que se esconde tras el fútbol se reservó para la segunda parte un giro tan cruel como injusto. Apenas corrían seis minutos tras el regreso de los vestuarios cuando Viti, que había saltado al campo en el descanso, ajustó a la base del palo un disparo desde la frontal del área ante el que nada pudo hacer Iván Buigues.
El 1-0 puso más en sánscrito si cabe el partido para un Águilas que, con diez, no podía hacer más que encomendarse a la épica y a un golpe de suerte que, como de costumbre, no tenía la más mínima intención de aparecer. Kensly Vázquez de chilena e Isi Ros en un mano a mano ante José Andrés tuvieron las oportunidades más claras de un tercio final que acabó por confirmar que noviembre ha sido un mes totalmente negro para el cuadro blanquiazul: dos derrotas, dos empates y, posiblemente lo más preocupante, cero goles a favor. Todo salió al revés una vez más. Confiemos en que el regreso a un resembrado Rubial sirva para cambiar una dinámica que, argumento de la suerte aparte, no es ni mucho menos positiva.