El Águilas sumó un punto ante el Real Murcia Imperial, en el regreso del público al estadio de El Rubial. Pese al empate a cero, tanto el filial pimentonero como los blanquiazules, que encadenan ya ocho jornadas consecutivas sin recibir un gol, se sirvieron de la derrota en casa de Los Garres ante el Olímpico de Totana (próximo rival del conjunto costero) para sellar su clasificación matemática para el playoff de ascenso a Segunda RFEF.
La tromba de agua que atacó el municipio de madrugada retrasó el inicio del partido, ya que, aunque el nuevo drenaje del estadio aguantó el chaparrón (nunca mejor dicho), la lluvia se acumuló junto a una esquina y requirió de la intervención de los efectivos de Protección Civil. Dichos profesionales, sin embargo, no pudieron desatascar las vías que llevaban al gol. Cierto es que esa responsabilidad debería corresponder a los dos equipos que saltaron al césped, pero ambos se respetaron tanto que la primera parte apenas contabilizó ocasiones claras.
Los de Vicente Mir empezaron presionando en un bloque bajo que, con el paso de los lluviosos minutos, fue ganándole metros a su rival. Y el segundo equipo del Real Murcia, por otro lado, se fue transformando desde el control de la pelota hacia un planteamiento mucho más conservador, quizá consciente de que el Águilas cada día defiende mejor y que un punto en El Rubial a estas alturas es poco menos que un tesoro. Mucho más aún si te van llegando, desde otras partes de la Región, una sucesión de noticias que revalorizan cualquier empate: la derrota de Los Garres, el equipo que ocupa la cuarta plaza; el empate del líder, el Atlético Pulpileño, en su visita al Churra; o la victoria por 3-1 de La Unión ante el Cartagena B, en el partido más decisivo de un subgrupo B al que, en previsión de lo que suceda en el playoff, todos los aspirantes al ascenso miran de reojo.
La segunda parte dejó de lado la igualdad de la primera y sólo tuvo un dueño: el que vestía de blanquiazul. La grada, que pese a lo inclemente de la mañana lucía como en sus mejores días, empujó en busca del tanto de la victoria. Pocas veces, no obstante, hará más justicia el uso del término “pólvora mojada” para referirse a la puntería de los hombres de Vicente Mir, quienes acumularon ocasiones de todos los colores hasta el pitido final, sin que ninguna de ellas superase la línea de gol y decantase definitivamente el partido.
Los resultados de la jornada posibilitan la afirmación de que, en honor a la verdad, el punto no es malo para el Águilas. Pero ahora toca convertirlo en bueno sumando la mayor cantidad de unidades posibles en las nueve finales que se avecinan: los tres últimos partidos de la liga regular (Atlético Pulpileño en casa y Olímpico de Totana y Bullense lejos de El Rubial) y esas seis batallas épicas que serán los duelos del playoff de ascenso a Segunda RFEF, la actual Segunda División B.
Ficha Técnica
Águilas: Iván Buigues, Luismi, Ramón Arcas, Edmundsson (Felipe Bortolucci, 70’), Juanjo, Juanma Montero, Oliva, Barrenetxea (Kalu Uche, 87’), Adri (Bolo, 70’), Pedja (Paco Miñarro, 82’) y Petravicius.
Imperial: Gallego, Josevi, Enric, Víctor (Paredes, 64’), Bertomeu (Philip, 45’; Pablito, 59’), Agulló, Pedro Parra, Lozano, Vicente Meca, Domi (Rognny, 33’) y Tiku (Fran Navarro, 64’).
Equipo arbitral: Soto Marín, Hernández Lajarín y García Acosta.
Incidencias: disputado con público. El encuentro empezó con unos minutos de retraso, porque Protección Civil se encontraba retirando agua de una esquina del terreno de juego.
Tarjetas amarillas: Bertomeu (17’), Pablito (74’) y Agulló (84’).