Esta mañana se daba a conocer la fecha del estreno de “Gustavo Gillman. Águilas en su camino”; un documental que, partiendo de una idea original, guion y dirección de la archivera municipal de Águilas, Pepi Navarro Martínez, en colaboración con Luis Pianelo Melenchón y producción de Libélula Film Studio, nos cuenta la vida y obra del singular fotógrafo y extraordinario ingeniero Gustavo Gillman Bovet, poniendo especial énfasis en su relación con el municipio de Águilas.
Siguiendo el hilo argumental en torno a la fascinante personalidad y profesionalidad de Gillman, la proyección, que se estrenará el sábado 24 a las 20 horas en el Auditorio, nos adentra en la historia visual más antigua del municipio de Águilas, en una época a caballo entre el Siglo XIX y XX, tan decisiva para su configuración y contextura actual.
Inglés de nacimiento (Londres, 1856), gran parte de su vida estuvo vinculado a Águilas, lugar donde estableció su residencia junto a su numerosa familia, y desarrolló la mayor parte de su vida laboral como ingeniero y director de la compañía ferroviaria, que cubría la línea de Baza a Lorca y Águilas.
La película dedica un capítulo especial a su obra más emblemática, el Embarcadero del Hornillo, colosal obra de ingeniería, monumento tallado al mar en hierro y hormigón, hoy día convertido en icono distintivo y simbólico del paisaje de Águilas.
Seguir la senda de Gillman, un personaje trascendental en la historia contemporánea, es seguir la del progreso del municipio aguileño y comarca del sureste español, al estar directamente relacionado con buena parte de los acontecimientos que marcaron su desarrollo y prosperidad. La línea ferroviaria que construyó e impulsó, fue como una cremallera que en el siglo XIX abrió fronteras y mentalidades.
Pero es su faceta de fotógrafo la que más enriquece y visualiza el contenido del documental, que recoge una retrospectiva inédita de una de las colecciones de fotografía más importantes (en cantidad y calidad) de temática industrial, de paisaje y costumbrista de finales de siglo XIX y principios del XX, donde Águilas pasa a ser la gran protagonista.
Pocas localidades en España cuentan con un patrimonio gráfico tan valioso como vehículo de transmisión testimonial de su pasado, de sus gentes, costumbres e idiosincrasia. De las miles y miles de instantáneas que realizó, Águilas es con más frecuencia el objeto de su objetivo, su fuente de inspiración.
El valor artístico y etnográfico de las fotografías de Gustavo Gillman, visualizadas en la gran pantalla, crean un efecto evocador e hipnotizan al espectador que se siente protagonista de la Historia. Gillman nos abre la puerta al pasado, en un viaje retrospectivo en el tiempo.
Un fotógrafo interesado por la gente trabajadora y humilde, campesinos y obreros en sus quehaceres, desconocidos del pueblo llano, que son entendidos, engrandecidos y dignificados al ser observados con los mismos ojos de respeto y admiración con que él los viera a través de su cámara.
Será imposible no asombrarse o estremecerse ante fotografías con tanta sensibilidad, carga informativa, antropológica y cultural, reveladoras de la trascendencia de lo cotidiano.
Águilas y Gillman. Causal y trascendental convergencia en el tiempo de dos entidades y dos identidades encontradas.
Fuente: Ayuntamiento de Águilas