“Ante la noticia aparecida hoy sobre la prohibición a los agricultores de quemar sus restos de poda y lo que esto, según ellos, les acarrea, la asociación Stop Quemas quiere poner de manifiesto su honda preocupación por lo que parece una dejación total de las instituciones para poner en marcha un sistema integral que aborde la solución adecuada para el tratamiento de estos residuos, que nunca puede pasar por su incineración. Siempre, en cualquier circunstancia meteorológica y a cualquier distancia de núcleo urbano, las quemas agrícolas y de restos de jardinería, suponen emisiones a la atmósfera de contaminantes que tendrán repercusión sobre la calidad del aire y, por ende, sobre nuestra Salud”.
“Resulta inconcebible, además, que, en una región caracterizada por una gran pobreza de materia orgánica en el suelo, esta se esté perdiendo en el aire por la desidia de las administraciones (regional fundamentalmente) al no haber realizado la planificación adecuada para dar la salida conveniente a estos residuos. Dicha planificación debería estar llevándose a cabo desde hace muchos años, teniendo en cuenta que estos residuos se han de gestionar tal como se indica en la Ley Nacional de Residuos, que se mantiene en vigor desde 2011 (22/2011, del 28 de junio) y que no permite la quema de los mismos a cielo abierto. Que se haya estado permitiendo durante décadas, a pesar de ser una práctica ilegal y producir un alto impacto sobre el medio ambiente y la salud, no puede ser la excusa para que se continúe, desde la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, dejando abiertas las posibilidades de quemar mediante una nueva ‘norma’ y a través de ‘excepciones’, y que se vuelva a dar la apariencia de legalidad a una práctica que vulnera la Ley. Que se haya hecho ‘toda la vida’, no quiere decir que sea adecuado”.
Desde la asociación Stop Quemas “instamos a esta Consejería, y particularmente a la Dirección General de Medio Ambiente, a que en lugar de buscar las grietas para mantener esta actividad perjudicial e ilegal, trabajen para crear mecanismos de ayudas para la compra de trituradoras y otra maquinaria útil para la incorporación al suelo, la colocación de contenedores específicos para podas en los municipios, el fomento de empresas que retiren y traten este material para valorizarlo creando compost (tal como se les marcó desde el Ministerio de Transición Ecológica) u otras posibilidades que, con seguridad, resultarán claramente más beneficiosas para la sociedad en su conjunto, incluso en términos económicos. Además de lo que repercutiría en el aumento de la riqueza del suelo de cada explotación, y con ella la de toda la huerta, se pueden incluso generar puestos de trabajo (figura de un ‘biotriturador’, personal en empresas de compostaje, trituración, etc..)”.
“Quemar, efectivamente, puede ser lo más sencillo y barato para el que genera este tipo de residuos, pero es lo más costoso para la sociedad y para esta tierra. Además de todas las patologías relacionadas con el aumento de este tipo de contaminación, recientes estudios epidemiológicos han puesto de manifiesto el ‘plus’ que tiene sobre la morbi/mortalidad del Covid-19. Así, la Sociedad Europea de Cardiología publicó el pasado 27 de octubre, que la contaminación del aire aumenta un 15% las muertes por Covid-19 a nivel mundial. Los contaminantes más medidos fueron las PM 2'5, que se encuentran abundantemente en el humo de las quemas agrícolas. Cada día, Murcia se enfrenta y lucha contra esta enfermedad desde todas las vías de prevención posibles. No tiene sentido, y sería de una grave irresponsabilidad por parte del Gobierno Regional, dejar que nuestro aire siga emponzoñándose como hasta ahora (seguimos documentando quemas a diario) cuando, por otro lado, se piden grandes esfuerzos a la sociedad murciana”.
Por último, desde Stop Quemas quieren “dejar clara la intención de esta asociación de realizar todas las acciones que sean necesarias ante la justicia para conseguir la erradicación de esta práctica contaminante, al mismo tiempo que tendemos la mano a los agricultores y a la administración (que no ha contado con nosotros en el análisis del problema), para contribuir con el asesoramiento que se requiera en la planificación de actuaciones, a través de la nueva normativa, que lleven a una correcta y sostenible gestión de los residuos agrícolas, evitando su incineración y los problemas que lleva consigo”.
Fuente: Asociación STOPQUEMAS