La Comunidad continúa realizando los tratamientos terrestres contra la procesionaria del pino y esta semana está actuando en los municipios de Cartagena, La Unión, Mazarrón, Águilas, Lorca y Puerto Lumbreras, una vez finalizados los trabajos en 860 hectáreas de los municipios de Murcia, Bullas, Pliego y Albudeite.
El director general de Medio Natural, Fulgencio Perona, destacó que “técnicos y agentes medioambientales han seleccionado más de 200 localizaciones en áreas de uso público y entornos de riesgo para las personas, en la Región, para realizar los tratamientos”.
La Dirección General de Medio Natural desarrolla un Plan para el período 2020-2023 que consta de tres fases: tratamientos aéreos (9.200 hectáreas), tratamientos terrestres (3.440 hectáreas) y un programa de lucha integrada con una inversión total de 1.153.000 euros, financiados en gran parte por el fondo Feader de la Unión Europea.
Añadió que “actualmente la procesionaria del pino se encuentra en su último estadio larvario, las orugas están en los bolsones de seda durante el día, para evitar ser devoradas por sus enemigos naturales, y esperando el momento oportuno para descender por el tronco y enterrarse para completar su ciclo biológico. Los más peligrosos para la población son los días soleados desde principios de febrero hasta principios de marzo, cuando el suelo en el que se entierran alcanza una temperatura de 22 a 25 grados”.
No obstante, precisó que, “según los técnicos, las altas temperaturas que se vienen registrando este invierno están provocando la mortandad natural de un elevado porcentaje de las pequeñas larvas en áreas forestales que tradicionalmente vienen padeciendo esta plaga”.
Plaga endémica
La procesionaria del pino (Thaumetopoea pytiocampa) es el más importante defoliador de coníferas en el ámbito mediterráneo. Los intensos daños que pueden ocasionar en el arbolado cuando sus poblaciones alcanzan niveles elevados llegan a impactar temporalmente en el paisaje forestal, generando alarma social. A esto se une un fuerte carácter alergénico, con capacidad de episodios de alergia en el ser humano y animales domésticos, con síntomas que van desde manifestaciones cutáneas leves a riesgo de shock anafiláctico grave.
En este sentido, el director general apuntó que “desde principios de invierno y hasta mediados de marzo, la procesionaria se convierte en un problema de salud pública que limita el uso del monte”. Por ello, recomienda “precaución a las personas que salgan a disfrutar de la naturaleza durante estos meses, y que eviten el tránsito por masas forestales donde se aprecien bolsones, especialmente los días de viento y calurosos”.
Desde 2007, la Dirección General del Medio Natural cuenta con un Plan de Lucha integrada contra la Procesionaria del Pino, mediante el que, cada año, previa evaluación de los niveles de infestación, se realizan prácticas selvícolas para favorecer la vitalidad del arbolado, tratamientos aéreos si procede, tratamientos con vehículos terrestres, instalaciones de trampas de feromonas en montes públicos, donación de trampas G y feromonas específicas a los particulares que lo solicitan. Asimismo, se ofrecen trípticos de información para la eliminación de bolsones en jardines y en pequeñas áreas, se informa a propietarios de los montes y gestores y se llevan a cabo acciones formativas para los técnicos responsables de la Administración.
Perona concluyó que “a pesar del todo el esfuerzo económico y personal que realiza la Consejería para combatir la procesionaria del pino no es posible erradicar toda la población, ya que se trata de una plaga endémica que, además, está estabilizada. No obstante, se han intensificado las actuaciones de eliminación de bolsones y orugas en las áreas recreativas y zonas muy transitadas que, a juicio de los técnicos del Servicio de Defensa del Medio Natural, tienen una elevada densidad de bolsones y pueden impedir el uso recreativo de los espacios forestales”.
Fuente: CARM
Foto de archivo