A principios del Siglo XX se produce una renovación del callejero, estando de secretario municipal Vicente Lanuza, intentándolo modernizar con la inclusión de figuras políticas (Castelar por Leonés, Sagasta por Fuente, Martos por Granero, Cassola por Pescadores y Cánovas del Castillo por Loro y Mayo que se unifican) y de la cultura (Joaquín Costa por Calica, Quintana por Del Mar, Echegaray por del Codo, Balart por Soledad y Jovellanos por Mazarrón/del Muelle que se juntan en una), que desplazan a los nombres tradicionales. Habrá algunos populares (Calle del Gato, Cuesta del Sol, Calle de los Carros) que se conservaran hasta el presente a pesar de su cambio por López Ayala, Lope Gisbert y Manuel Becerra, respectivamente. Otro que no se perderá será el de Cuesta del Caño. Aparecen, además, nombres vinculados a la localidad como Plaza Robles Vives, por el Superintendente de las Obras de la Real Empresa, antes Plaza del Muelle. Del mismo modo, decir que la Calle de Lorca, Juan Carlos I, pasó a titularse Romero (1900) en recuerdo de Ginés Antonio Romero, primer regidor tras la constitución de Águilas como municipio independiente, estando en la alcaldía su biznieto Alfonso Moreno López, aunque siempre será conocida con el anterior. No será así con el Paseo de Mac- Murray, que se le puso de Parra, en recuerdo de Enrique Parra Fernández- Osorio, por su hijo José Parra Inchaurrandieta, siendo este el que prevaleció. Durante este periodo también será cuando la calle Marte pase a denominarse Juan Jiménez Crouiselles, tras la muerte del que fuera alcalde de Águilas (1914). Igualmente, la Plaza de San José pasó a Plaza del Hospital, por la construcción del Hospital de Caridad (1904), pero con la muerte del médico Eladio Calero se rotuló con su nombre en su honor (1909). El Paseo de Poniente se denominó de García Alix, tras la visita del que fuera Ministro de Hacienda, Instrucción y Gobernación (1905). Poco después se cambiaría a General Aznar (1915) por el que fuera director de la Guardia Civil, quien haría a la Virgen del Pilar su patrona, que como el anterior había visitado la localidad (1903). Igualmente, la calle de Vera se cambió por Canalejas (1912), después del asesinato del que era presidente del Gobierno. La población se amplía hasta la zona del Hospital (Caridad, Sicilia, Santa Ana) y Paso Nivel (Pozo, Marina, San Miguel) poniéndole Vicente Lanuza de ideas republicanas y masón, como Libertad a una de las nuevas vías que se abren. En esa misma área se tituló otra como Menduiña, por el primer teniente-alcalde de Águilas en su fundación. La prolongación de Carlos III a Poniente se conocerá como Iberia, por la antigua fundición del mismo nombre que dio después lugar a una fábrica de Esparto. También se formarán las viviendas de la Colonia Lorquina, por ser lugar de veraneo de familias de esta población, lugar de ocio (balnearios, teatros) habiendo quedado con el nombre de la Colonia. Una curiosidad es la denominación de la calle Lotería, fue en recuerdo de haber caído el primer premio gordo de la lotería nacional en Águilas (1905), siendo la mayoría vecinos de esta, haciéndose sus casas con el dinero. El primer cuarto del Siglo se expande el pueblo a Levante, al antiguo Bol por el monte del molino de Sagrera (Cubo, Santa María, del Carmen, de la Parra, Fraile).
Durante la República se producirían una serie de cambios de índole político, encontrando entre otros: Plaza de la República, antes de la Constitución; 14 de Abril, antes los Arcos; Pablo Iglesias, antes Romero; Mariana Pineda, antes Asperillas; Galán y García Hernández, antes Paseo de Parra; Blasco Ibáñez, antes General Aznar; Sanchis Banus, antes Berne; Alejandro Lerroux, antes Cánovas del Castillo; José Nakens, antes Iberia; y calle Pi y Margall, antes San Antonio. Intentó cambiarse la de Carlos III por no considerarse relevante para la localidad, pero no prosperó. Habrá otros cambios de denominación por otros motivos. La calle Arenal pasó a denominarse como Martínez Parra después de que el consistorio recibiera una felicitación desde la Casa de Murcia y Albacete, en Barcelona, por haber tenido tan ilustre hijo solicitando que fuera reconocido. Esto se debió a la conferencia que Francisco Martí Lloret realizó sobre su persona, entusiasmando a los asistentes. Antonio Sánchez Cáceres, director del Diario Amanecer, será el principal promotor. Por otro lado, la calle Triana se rotuló Severo Montalvo después de la triste muerte del instructor de la agrupación de exploradores aguileña, no habiéndose perdido su antiguo nombre. Las dos serían siendo alcalde Desiderio Carmona. Los distritos que hubieron para las elecciones de 1935 fueron los siguientes: Hospital, Lotería, Hospital Viejo, Asperillas, Molino de Sagrera, La Calica, Castillo, Centro, Cabezo del Caño, Arcos, Barrio de Jesús y Cuevas del Rincón. Nos dan una idea de la extensión del pueblo en este momento. Con la llegada de la dictadura volverían los cambios: Avenida del Caudillo por Pablo Iglesias, Juan Mengual por Aire, José Antonio por Blasco Ibáñez, Isabel la Católica por Alejandro Lerroux, Coronel Pareja por Sánchez Banus, Onésimo Redondo por 14 de Abril, Calvo Sotelo por García Hernández, General Mola por Pi y Margall. Destacó el cambio de la Calle Aire por Juan Mengual, una de las dos víctimas de derechas asesinadas durante la guerra civil en Águilas, denominación que no prosperaría siendo conocidas por su nombre tradicional. En las calles llama la atención que durante el régimen franquista la Calle Libertad conservo su nombre, pese a las connotaciones que este tiene.
Hasta mediados del Siglo XX habrá otra etapa, apenas sin cambios, estando el casco urbano limitado por la calle Juan Carlos I, la línea férrea al Norte y la calle Alfonso Ortega Carmona. La década de los cincuenta y sesenta es cuando se produce el ensanche por la huerta a la rambla del Charco y el inicio de las Molinetas. Las nuevas calles que se crean tendrán referencias al régimen (Dieciocho de julio, García Morato, Castillo de Olite, Crucero Canarias, Cañonero Dato, General Moscardó, Batalla Belchite, Héroes División Azul, Batalla Ebro, Batalla Brunete, Brigadas Navarras, Batalla Teruel, Héroes Alcázar), religiosos (Concilio de Trento, Inmaculada, Fuensanta, Juan XXIII) y ciudades (Alicante, Sevilla, Cádiz, Castellón, Benidorm). Habrá, además, un recuerdo del que fuera director de la banda Municipal Francisco Díaz Romero. La calle de los Arcos se tituló de Antonio Manzanera (1947) por la figura de este aguileño que tanto hizo por los interese locales desde Argentina, donde residía, para la cesión del puerto al municipio. Otras vías que se abrieron en honor a figuras locales fueron la de Armando Muñoz Calero, por el médico aguileño que ocupó el cargo de presidente de la Diputación de Madrid y de la Federación Española de Fútbol y que tanto hizo en el Hospital de Caridad y en el patronato antituberculoso, o la de Carlos Marín Menú, alcalde en cuyo mandato se hizo la Plaza de Abastos. La iniciativa fue siendo regidor Carlos Marín Cervetto, hijo de este último. En la Explanada del Muelle, a mediados de los cincuenta, se crea la Pista Municipal en la Plaza del Muelle, llamada luego Plaza de Madrid (1962), en contraposición a la de Robles Vives que era privada por tener la concesión el Casino.
La parte de Levante del casco urbano empezará a desarrollarse en este mismo periodo, con la creación del Barrio Colón y las Delicias. La avenida principal que comunicará ambas áreas se denominó del Dr. Bernard (1968), por el médico surafricano que realizó la primera operación de corazón, recibiendo el consistorio una nota de agradecimiento por parte de la embajada surafricana. El derrumbe de las cuevas del Rincón (1969) será el inicio del Barrio de los Pescadores y del Labradorcico. Aparecen otras plazas en la explanada del Muelle, la Plaza de Alfonso Escámez (1969) y la Plaza de Madrid que cambió a Antonio Cortijos (1969), reconociendo a dos banqueros aguileños que tanto bien harían por el pueblo. En los años setenta continúa el desarrollo de Las Delicias con la construcción de grandes bloques de pisos, consolidándose esta denominación frente a la tradicional del Bol de la Virgencica. La población supera el paso nivel, que empieza a edificarse recibiendo nombres de médicos locales de distintas épocas (Doctor Alejandro Santamaría, Dr. Pedro Calero, Doctor Enrique Martínez) y de la cultura (Juan Mula, director de bandas de música, y José Matrán). Igualmente, será el inicio de urbanizaciones de su término municipal (Calabardina, Todosol, Collados, Calarreona, Matalentisco). A finales de la década de los setenta, a la calle Roma se le puso Joaquín Tendero, por haber tenido este profesor en ella su escuela, y la del Zapo de Robert Simpson por el pastor evangélico que hubo en Águilas a principios del Siglo XX, no habiendo prevalecido este ultimo entre los vecinos, conservando el original. Un caso curioso es que la calle Espartero pasó a ser Esparteros. En 1976 había un total de 302 calles en el casco urbano.
Con la llegada de la Democracia, en una labor de memoria histórica, se hace una completa renovación del callejero, eliminando referencias a la dictadura. Habrá inclusión de algunos nombres destacados de autores republicanos y políticos socialistas. Los cambios fueron: Juan Carlos I por Avenida del Caudillo, Paseo de Parra por Calvo Sotelo, Paseo de la Constitución por José Antonio, Reina Sofía por 18 de Julio, Pablo Iglesias por García Morato, Alcalde José Fernández por Castillo Olite, José Noguera por Crucero Canarias, Aire por Juan Mengual, Concilio Vaticano II por Concilio de Trento, Juan Pablo I por Pio XII, Luis Prieto por Onésimo Redondo, Galán y García Hernández por Cañonero Dato, Manuel Azaña por Héroes de la División Azul, Julián Besteiro por Héroes Alcázar, Blasco Ibáñez por División Navarra, Miguel Hernández por batalla Brunete, Antonio Machado por Batalla del Ebro, Federico García Lorca por Batalla Belchite, Miguel de Unamuno por Batalla Teruel, Manuel Coronado por Crucero Baleares. Puede apreciarse que en los cambios de tipo religioso se opta por una moderación de los representados. El nombre de Plaza de España no variará. Otro que se mantuvo será Isabel la Católica, de enorme simbolismo para el franquismo. Para la historia local, los Reyes Católicos mandaron demoler la Torre del Cerro de las Águilas, para evitar el fortalecimiento de señores feudales, quedando desierto este enclave. Entre los cambios estará el más que merecido de Paco Rabal por General Mola, en un acto multitudinario en el que recibió el premio nacional de cinematografía (1984). La designación había causado cierta polémica por la reducida que era, aunque Rabal lo solventó con un humorístico poema, mostrando su personalidad única.
Los ochenta y noventa será la edificación de la zona del Rubial, con calles de nombres de plantas (Alameda, Acacias, Rosales, Granados, Acanto), El Labradorcico de figuras locales (el escritor Juan LLoret Gregori, el pianista Adolfo Olivares, el tenor José Sánchez Galán y Quico y Maldonado víctimas del franquismo en Águilas), que se convierte en un foco de marginalidad y del Hornillo con referencia a escritores (Azorín, Vázquez Montalbán, Salvador Jiménez, Juan Goytisolo), por su vinculación con las letras por las Cuatro Plumas. Igualmente, se prolonga por Poniente la primera línea de costa hasta la Casica Verde, teniendo nombres de músicos (Federico Chueca, Isaac Albéniz, Manuel Falla). La antigua Calle Rambla se cambió por Ciclista Julián Hernández Zaragoza, después de la muerte en accidente de tráfico de esta promesa del ciclismo (1990), que estaba concentrado con la selección española, siendo aún referida por su nombre antiguo.
Posteriormente, iniciado el nuevo siglo, llegarán las aéreas de Los Jardines, La Florida, Isla del Fraile y La Loma, que incorporan nombres puramente localistas (Cronista Antonio Cerdán, Antonio Prieto, Sebastián Feringán, Antonio Campos Mula “El Toribio”, Bartolomé Roldán), comprendiendo el casco urbano actual. Hubo dos grandes proyectos, llenos de irregularidades, que no se ejecutaron y que iban a realizarse en dos espacios protegidos (Marina de Cope (2001) y la Zerrichera (2006)). En este momento están previstos varios planes parciales (Bella Águilas, Casa Colorada), que irán ampliando el perímetro de una ciudad que siempre ha mirado al futuro con esperanza.