Hasta 1898 España mantenía un importante imperio en ultramar: Cuba y Puerto Rico en el Caribe y el archipiélago de Filipinas y Las Carolinas en el Pacífico. La metrópoli se hallaba sumida en una grave crisis política desde el final del reinado de Isabel II. Alfonso XIII era aún un infante por lo que se encontraba al frente del país la regente, su madre, la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, viuda del rey Alfonso XII, que ejercía su función junto a Mateo Sagasta, presidente del gobierno. De todas las posesiones que conservaba destacaba el caso de Cuba, por su interés económico, por ser un importante productor mundial de tabaco y de azúcar.
A Cuba, denominada como la rica perla antillana, habían llegado a lo largo del Siglo XIX hombres y capitales, tras la emancipación de la América continental, dando lugar a una importante burguesía local que empezará a controlar la producción comercial en la isla, frente a la antigua oligarquía peninsular financiera. El malestar de los hacendados criollos, por no producirse las prometidas reformas políticas y económicas, provocó la Guerra de los Diez años o Guerra Grande (1868-1878) y la Guerra Chiquita (1879-1880) que tendrán un importante carácter social por la participación de campesinos negros y mestizos que reclamarán la abolición de la esclavitud, radicalizando el movimiento, lográndose sofocar. No obstante, el descontento seguía presente, sobre todo después de fracasar la concesión de autonomía para la isla propuesta por Antonio Maura (1893), estallando poco después un nuevo levantamiento independentista con “El Grito de Baire” (1895) por José Martí. Cánovas del Castillo, para combatir declarará que sacrificaría hasta el último hombre y la última peseta. El General Valeriano Weyler, más dispuesto a emplear medidas radicales, sustituirá a Martínez Campos, partidario de una política de apaciguamiento. Iniciará con su llegada una política de terror, concentrado a la población rural hacinados en campos de alambradas cercados para impedir que pudieran colaborar con los insurrectos. Las condiciones insalubres, unido a la carencia de alimentos, motivarán una alta mortalidad.
Los EEUU, que tenían un fuerte interés en el Golfo de México (especialmente en Cuba, donde actuaba la “American Sugar refining company”), empezaron a apoyar abiertamente los procesos de independencia de Cuba y de las Filipinas del imperio español, en plena decadencia. Este respaldo acabará por generar un conflicto conocido como la Guerra Hispano-norteamericana. La sustitución del presidente Cleveland por Mckinley precipitó la intervención en tres fases. Primero, protestando contra los procedimientos del general Weyler, apoderándose la prensa amarilla estadounidense del tema con una campaña de calumnias que romperá la política de entendimiento entre los dos países, preparando un clima bélico. Luego, con el intento de compra de la isla por 300 millones de dólares por el gobierno de Estados Unidos, que encerraba un ultimátum para intervenir en la isla en caso de que fuera rechazado. Por último, con presencia militar en Cuba, con el argumento de la defensa de los intereses de sus súbditos. En enero del año 1898 entraba con esta finalidad el acorazado estadounidense USS Maine en el puerto de La Habana. Tres semanas después, el día 15 de febrero, hubo una potente explosión a bordo del Maine que destruirá la parte delantera de la embarcación, provocando la muerte de 266 marineros y dos oficiales que estaban a bordo del buque. Pronto se iniciará un proceso de investigación, interpretando los Estados Unidos la destrucción del buque como un ataque español. Desde Madrid se propondrá hacer una investigación conjunta sobre los hechos, demostrando mediante un informe que la explosión había tenido un seguro origen interno, pero no sería considerado. Inmediatamente, los periódicos estadounidenses acusaron a los españoles de la detonación y denunciaron las supuestas atrocidades que estaban cometiendo con los rebeldes cubanos. El presidente McKinley enviará un ultimátum exigiendo la retirada de la isla de Cuba a España, que rompería las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos el 21 de abril. En ese mismo día, la Marina de los EEUU iniciará un bloqueo a Cuba. España declarará la guerra a Estados Unidos el 23 de abril y los Estados Unidos hará lo propio con España el 25 de abril de 1898, dando inicio a un conflicto bélico que resultará catastrófico para España por la desigualdad de las fuerzas, pero especialmente de los armamentos. La batalla de Cavite, en la bahía de Manila el 1 de mayo, acabará con la obsoleta escuadra española en Filipinas al mando del almirante Montojo. Mientras, en el Atlántico, la flota norteamericana bloqueará en Santiago de Cuba a la armada peninsular desplazada desde la metrópoli. Desde los primeros días de junio iniciarán el bombardeo de la isla, desembarcando tropas en diversos puntos e iniciándose duros combates. Las fuerzas rebeldes se unirán, atacando la línea de fortificaciones defensivas que lograrán resistir el intenso asedio. El almirante Cervera, ante la delicada situación y viendo que la única opción estaba en el mar, ordenó el 3 de julio salir a combatir. No tenían ninguna posibilidad en el enfrentamiento naval, con unos barcos con el armazón de madera frente a la artillería de su adversario. El número de acorazados era también inferior, no estando como los americanos blindados. Igualmente, los cañones eran de menor alcance, siendo hundidos de uno en uno consumando la derrota. El gobierno español, carente de medio para seguir la lucha, tendrá que pedir el armisticio en agosto renunciado a Cuba y Puerto Rico. Todo había acabado.
Los reclutamientos para la guerra de Cuba afectarán, especialmente, a las clases modestas. El sistema empleado era el de las quintas, número que se correspondía con la proporción de población que participaba en el sorteo realizado para desplazarse. Los elegidos podían eludirlo mediante un sustituto o con una redención en metálico de 2.500 pesetas que solo podían permitirse personas de altos ingresos. Había, además, ciertos cargos o profesiones que no participaban. De esta manera, el malestar popular crecerá. La salida de los soldados provocará cierta conmoción en las ciudades. El partido socialista denunciará que solo eran los obreros los que iban lanzando la campaña de todos o ninguno. Entre los intelectuales, Miguel de Unamuno, se opuso a esta guerra. Los recursos solicitados para evitar cumplir el servicio militar en Murcia alcanzarán en 1898 un volumen de 300 folios. El número total de hombres enviados por España será de 200.000 a lo largo de todo el conflicto. Las muertes se estiman en unos 58.000 reclutas. La causa principal de fallecimientos, con un 90%, será por enfermedades como la fiebre amarilla o el “vómito negro”, además de otras afecciones comunes (paludismo, tuberculosis y enteritis). El resto correspondió a muertes en combate y a consecuencia de las heridas. La población de Águilas en 1895 era de 11.627 habitantes. Los datos oficiales del Ministerio de Guerra recogen los nombres de los aguileños fallecidos.
Listado de soldados de de Águilas muertos en la Guerra de Cuba
1895
Diego Pérez López. Soldado Infantería Regimiento Guadalajara 20. Fecha 22/07/1895. Causa: Del Vómito. Lugar: Mayarí (Santiago de Cuba).
Cristóbal Díaz Denueda. Soldado Infantería Regimentó Alcántara Peni.3. Fecha: 12/09/1895. Causa: Enfermedad. Lugar Bayamo (Santiago de Cuba).
Sebastián Navarro Pérez. Soldado Infantería Regimiento Chiclana 5. Fecha 19/09/1895. Causa: Del vómito Lugar: Sancti Spiritus (Santa Clara).
Antonio García Zaragoza. Marina Cañonero Pinzón. Fecha 19/09/1895. Causa: Del vómito. Lugar: Manzanillo (Santiago de Cuba).
Juan López López. Soldado Infantería Regimiento Peni.8. Fecha 07/10/1895 Del vómito. Lugar: Manzanillo (Santiago de Cuba).
Juan Serrano Lajarín. Soldado Caballería Regimiento Pizarro. Fecha 17/10/1895. Causa: Del vómito. Lugar Puerto Príncipe.
Matías Díaz Hernández. Soldado Infantería Regimiento Granada 34. Fecha 28/10/1895. Causa: Del vómito. Lugar: Sancti Spiritus (Santa Clara).
Juan Jiménez López. Soldado Infantería Regimiento Tetuán 45. Fecha 07/11/1895. Causa: Enfermedad. Lugar: Puerto Príncipe.
1896
José Hernández González. Soldado Infantería Regimiento Isabel la Católica 75. Fecha 25/03/1896. Causa Enfermedad. Lugar: Manzanillo (Santiago de Cuba).
Francisco Cervantes Orozco (Garrobillo). Soldado Infantería Regimiento Pavía 48. Fecha 12/05/1896. Causa En combate. Lugar: Mayarí (Santiago de Cuba).
Juan Moreno Hernández. Cabo Infantería Regimiento Pavía 48. Fecha 20/07/1896. Causa: Del vómito. Lugar: Remedios (Santa Clara).
Ginés Montalbán Sánchez. Soldado Infantería Regimiento Pavía 48. Fecha 23/10/1896. Causa: Del vómito. Lugar: Placetas (Santa Clara).
Florencio Ángel Paredes (Los Arejos). Cuerpo Ingenieros Minadores. Fecha 17/11/1896. Causa: Del Vomito. Lugar: Ciego de Ávila (Puerto Príncipe).
Manuel García Rodenas. Soldado Caballería Regimiento Hernán Cortes. Fecha 13/12/1896. Causa: Enfermedad. Lugar: Puerto Príncipe.
Miguel Jiménez Olmos. Soldado Infantería Regimiento Isabel la Católica 75. Fecha 27/12/1896. Causa Enfermedad. Lugar: Habana.
1897
Cristóbal López Quiñonero. Soldado Infantería Regimiento Canarias 42. Fecha 11/01/1897 Causa: Enfermedad Lugar: Habana.
Juan Asensio Navarro. Soldado Infantería Regimiento Pavía 48. Fecha 14/04/1897. Causa Del vómito. Lugar: Pedro Barba (Santa Clara).
Juan Mena. Soldado Infantería regimiento Soria 9. Fecha 24/07/1897.Causa: Enfermedad. Lugar: Yaguajay (Pinar del Rio).
Francisco Morca Calvetin. Soldado Infantería Regimiento Habana Provisional. Fecha 14/08/1897.Causa: Enfermedad: Lugar: Regla (Habana).
Juan Hernández Carrasco. Soldado Infantería Regimiento Pavía 48. Fecha 25/08/1897. Causa: Enfermedad. Lugar: Remedios (Santa Clara).
Francisco Navarro Carrasco. Soldado Infantería Regimiento Princesa 4. Fecha 01/10/1897. Causa: Enfermedad. Lugar: Regla (Habana).
Pedro López Segado. Soldado Caballería Regimiento Rey Nº1. Fecha 01/11/1897. Causa: Del vómito. Lugar: Santiago de Cuba.
Diego Moreno Martínez. Soldado Infantería Regimiento Sevilla 33. Fecha 25/12/1897. Causa: Enfermedad. Lugar: Regla (Habana).
Félix López Gil. Soldado Infantería Regimiento Tetuán 45. Fecha 27/12/1897. Causa Enfermedad. Lugar Remedios (Santa Clara).
1898
Juan Rodríguez Oliva. Guerrillas 2º Tercio Movilizados. Fecha 04/01/1898. Causa: Enfermedad. Lugar: Manzanillo (Santiago de Cuba).
Antonio García Coronado. Soldado Infantería Regimiento Borbón 17. Fecha 07/01/1898. Causa Enfermedad. Lugar Remedios (Santa Clara).
Antonio Cano López. Soldado Infantería Regimiento Otumba 49. Fecha 10/01/1898. Causa: Enfermedad. Lugar Habana.
Martin García García. Soldado Infantería Regimiento Pavía 48. Fecha 06/05/1898. Causa: Enfermedad. Lugar: Regla (Habana).
Juan Díaz Muela. Soldado Infantería Regimiento Peni.2. Fecha 10/09/1898. Causa: Enfermedad: Lugar: Habana.
Antonio López López. Soldado Infantería Regimiento Soria 9. Fecha 21/09/1898. Causa Del vómito. Lugar: Regla (Habana).
Marcelino Arbisu Casado. Soldado Infantería Regimiento Chiclana 5. Fecha 03/10/1898. Causa Enfermedad. Lugar Regla (La Habana).
La pérdida de las Antillas tendrá en España menos relevancia económica que la emancipación de Hispanoamérica, pero resultará más importante en el aspecto social. El final de la guerra no solo terminó con las ultimas posesiones de ultramar, perdiendo España su papel entre las potencias del concierto internacional, sino que tantas muertes habían resultado inútilmente. Esto, entre la población origino un enorme sentimiento de frustración nacional por la derrota. El denominado como desastre de 1898 representó uno de los momentos más culminantes de la historia contemporánea de España, iniciándose una nueva etapa con la quiebra del sistema político de la Restauración, con el ascenso de los nacionalismos y las organizaciones obreras que cuestionan la clase política y la sociedad española, ocasionando una corriente intelectual de regeneracionismo, que intentará infructuosamente, una renovación para modernizar España.