En la segunda mitad del Siglo XIX se desarrollará la costumbre de tomar baños de mar como elemento terapéutico. Las corrientes científicas vigentes en la época, procedentes de Francia e Inglaterra, propagaron los efectos benéficos del agua de mar tras la epidemia de cólera que había recorrido Europa a mediados de siglo. Los médicos empezaron a recetar los llamados “baños de olas” para combatir numerosas enfermedades como la anemia y la depresión o curar problemas respiratorios y circulatorios. El mar adquirirá una función recreativa por aparecer veraneantes que prolongan su estancia. Los baños se convertirán en un hábito social identificado con un alto poder adquisitivo. En España, los precursores fueron la reina Isabel II, quien frecuentaba las playas de San Sebastián y el rey Alfonso XIII, que tomaba los baños en Santander. El veraneo constituirá para la sociedad burguesa del siglo XIX su principal recreo. No tardará en ampliarse esta costumbre a estratos populares, convirtiéndose los balnearios en establecimientos imprescindibles para el ocio vacacional. Las principales urbes dispondrán de estos locales para incentivar la afluencia de visitantes.
Los primeros balnearios que existieron en Águilas serian de la época romana, habiéndose encontrando dos complejos termales de este periodo. No tendrán estos continuidad por haberse despoblado el lugar durante la Edad Media. En el siglo XVIII, con la fundación de la nueva población, vendrán los primeros visitantes a tomar los aires del mar. Habría que esperar hasta finales del siglo XIX para la construcción del primer balneario de la época moderna. La construcción de línea ferroviaria (1890) convertirá a Águilas en un destino preferente de primer orden en la costa, siendo cuando abra el primeros de estos locales.
Balneario Niagara
Este edificio consistía en pabellones hechos con tablones de madera. La edificación tenía como base una estructura de rieles cimentada con postes en la arena, que era el soporte donde descansaba la obra. La fachada principal constaba de un cuerpo central que tenía dos naves laterales alargadas, destacándose por la sencillez de líneas. El material para la obra lo suministrará Antonio Chapapría, dueño de un aserradero. El balneario se dividía en tres partes. Una era las casetas para baños fríos. Esta además de tener una parte para vestuario donde poder cambiarse, se internaba en el mar mediante esteras que formaban un pasillo cerrado. En el techo, pendían cuerdas a las que se agarraban las mujeres para sentirse seguras. No se salía detrás de las esteras para el baño, por considerarse impúdico, haciéndolo solo los más atrevidos. Para las personas ancianas o con dolencias reumáticas estaba el servicio de baños calientes. El agua que usaban era subida mediante una bomba a una caldera para calentarla. Por último, contaba con áreas de ocio y restauración.
Una crónica nos habla de las distintas estancias en las que estaba dividido el establecimiento.
Heraldo de Madrid 25/7/1892
Da acceso al balneario una espaciosa escalera, a cuyos lados se encuentran dos bonitos kioscos, uno para la venta de billetes de baños y otro para la de objetos de perfumería, libros, periódicos y otros.
Los salones de descanso y de billar miden una superficie de 300 metros cuadrados; hay, además, un gabinete fotográfico instalado por el Sr. Olivares, de Murcia, y tiro al blanco.
Hay baños calientes y de duchas, y la repostería magníficamente servida.
La propia empresa se encargará del alojamiento para facilitar la comodidad de sus clientes
El balneario será instalado en la playa de Poniente por el empresario José María Albadalejo, tras aprobarse la concesión de la licencia por el consistorio local el 19 de diciembre de 1890, siendo autorizado mediante una Real Ordenanza publicada en un decreto de mayo de 1891. La elección del lugar se debió, sobre todo, a que en la bahía de Levante había una continua actividad mercantil y portuaria, haciéndose conveniente una ubicación en un emplazamiento distinto. El único baño que funcionó en esta zona fueron los barracones de “Los Colorines” en el primer cuarto del Siglo XX y era considerado el de los pobres. Los balnearios optarán por ubicarse en Poniente por su anchura, destacándose por ser un lugar de playa de arena fina. Indicar que anteriormente Juan Borrega uso ese espacio para instalar sus barracas de baño.
El acto de inauguración será un importante evento que reunirá a la sociedad del momento.
Las Provincias de Levante 13/7/1891
Ayer tarde se verificó la inauguración de este magnífico balneario, el cual fue bendecido solemnemente.
Por la noche estuvo aquel iluminado a la veneciana, presentando un sorprendente y vistoso golpe de vista.
En el salón se verificó un animado baile, que fue favorecido por numerosas parejas.
Después de la guerra hispano-americana (1898), el balneario cambió de nombre, quitándole la referencia de un elemento geográfico estadounidense, como era Niágara, para ponerle el patriótico¨ España¨. Las instalaciones se ampliaron posteriormente con la construcción de un teatro anexo (1905) que funcionará también como sala de cinematografía. No faltará los populares números de varietés ,en él llegaron a actuar la célebre cupletista Consuelo Vello Cano “La Fornarina” o el reputado actor teatral Francisco Morano Moreno, dos importantes nombres dentro del panorama artístico español de principios del Siglo XX.
Los dos edificios desaparecerán a causa de un voraz incendio, originado por un cortocircuito producido por las lluvias de la noche anterior y por una deficiente instalación eléctrica. El fuego se originará en el balneario, propagándose rápidamente al teatro por fuertes rachas de viento sur-sureste. La virulencia de las llamas, hizo que en las fachadas cercanas se echaran cubos de agua por el temor de que se quemaran. El pueblo entero colaborará con heroicidad para intentar sofocarlo, sin obtener éxito. Por aquella época no se había establecido el servicio de bomberos, teniendo que desplazarse desde Cartagena para episodios de esta magnitud .Los dos inmuebles estaban valorados en unas 125.000pesetas y ambos poseían seguro. La fecha del siniestro fue el 23 de marzo de 1913, recordándose todavía entre los aguileños. El día en que sucedió dicho incendio, estaba anunciada la compañía de Opereta y Zarzuela dirigida por el maestro Moreno que iba a representar las obras “La princesa del dólar” y “La gatita blanca”.
Balneario Reina Victoria
El último propietario del desaparecido balneario España, Natalio Oliveros, inició los trámites para la construcción de uno nuevo, pero no encontró los socios capitalistas necesarios para lograr los 100.000 pesetas estimadas de coste. Antonio Chapapría y Pedro Román solicitaron al Ministerio que se les trasfiera la autorización para edificarlo, por haber sido destruido en un incendio el anterior, otorgándose la escritura definitiva de la compraventa en julio de 1913. Los planos los realizó la Sociedad Española de Construcciones Navales de Cartagena. La obra utilizará como material la madera, que de nuevo, proporcionó Antonio Chapapría, por lo que se pudo asumir el coste. El método de edificar será otra vez estructura de hierro sobre postes. La portada presentaba abundante decoración. El cuerpo central era modernista siendo las naves laterales de estilo Art Nouveau. Las entradas a los baños estaban coronadas por dos águilas cimeras. Había de dos clases, uno destinado a baños templados y otro para calientes. Indicar, que igualmente contaba con un amplio teatro que también era sala cinematográfica. La disposición que presentaban los distintos espacios del complejo aparecen en un artículo.
Vida Aguileña 1/7/1914
En el centro hay magnifico salón para recreo, a un extremo un bonito salón restaurant, 14 casetas de familia para baños, 8 individuales para caballero, baño general para señoras y baño general para caballeros y una sección de baños templados con 12 casetas y otras tantas comodidades.
Estará dispuesto en la temporada de verano aprovechando la presencia de visitantes.
Vida Aguileña 1/7/1914
Este Balneario recientemente construido con toda clase de adelantos, es sin duda, uno de los mejores de la costa levantina, tanto por lo suavísimos declives de sus playas, como por las grandes comodidades que posee.
Habrá con motivo de la construcción de la antigua pescadería de poniente en 1917 un conflicto. La autoridad de Marina, emitió una nota comunicando que cualquier particular o entidad podía alegar, en caso de resultar perjudicado, por su instalación. El propietario del balneario, Antonio Chapapría, reclamó porque los restos de pescado podían ensuciar las aguas de baño. No se encontró incompatibilidad entre actividades, pero se ordenará que los desechos de las capturas se tiraran en la zona el peñón del Roncaor, por estar más retirado.
La muerte de Antonio Chapapría, el principal promotor del local, hizo que se iniciara un periodo de decadencia, a mediados de los años veinte, por no haberlo sabido gestionar los descendientes. Por este motivo se construirán otros dos balnearios: La Giralda (1926) y el Patria Chica (1927) que serán instalados a los lados del mismo. La mala situación en la que se encontraba el Reina Victoria, hizo que incluso anunciara su venta en prensa buscando un posible comprador.
El Liberal 29/5/1924
Bonito- negocio comprando gran Balneario Reina Victoria, Águilas.
La empresa se recuperará a finales de los años veinte, cambiando la orientación del servicio para dedicarse a una clientela selecta de nivel adquisitivo. De esta manera se distinguirá de lo que ofrecían sus competidores. La repostería sería dirigida durante este periodo por Tomas Miras Castillo, estando en las sobremesas el pianista Mariano Maldonado, quien también se encargaba de poner música a las películas de cine mudo que se proyectaban en sus instalaciones. El balneario durante la republica empezó a llamarse La Victoria, para quitarle su referencia a la monarquía, siendo además Victoria Eugenia un miembro de la realeza que despertaba pocas simpatías en el pueblo. En esta etapa, Antonio Román Pérez “El Piculín”, regentaba el comedor después de haberse encargado con anterioridad de hacerlo en el Patria Chica. El verano que comenzó la guerra civil, la Casa Mateos de Murcia, era la encargada de la gerencia del negocio.
No recuperará su actividad después de la contienda quedando cerrado al público usándose únicamente como vivienda para Elena Galián, viuda de Antonio Chapapría, siendo finalmente derribado para la construcción del Balneario Municipal.
Balneario La Giralda
El decaimiento del balneario Reina Victoria hizo que en 1925, Honesto García Chamorro, levantara este balneario de pequeñas proporciones, comparado con los dos anteriores, haciendo de capataz el carpintero Pedro Román que había construido el Reina Victoria. Estaba situado al lado de este último en el anchurón, conocido como de “las palmeras”. Habrá un importante cambio estructural respecto a los precedentes, siendo el primero en hacer los tabiques de cemento. Pronto tendrá la competencia del Balneario Patria Chica, con unas instalaciones más modernas y que abrirá un año después de inaugurarse. El tamaño que tenía era inferior a los demás, pero cumplía perfectamente su cometido. La construcción era en su totalidad de madera. En su centro tenía una sala rectangular a la que se accedía por una puerta ubicada en medio de una pasarela que daba a ambos lados de la playa. En esta zona al descubierto era donde estaban las casetas de baños. No eran de igual categoría. Las que habían a la derecha albergaban familias siendo individuales. En el lado izquierdo se encontraba la general de uso común que era más económica pensada principalmente para la juventud. Continuando con el recorrido del balneario estaba la sala principal que aparecía cubierta con un techo a dos aguas que también era de madera. El mar podía divisarse a cado lado habiendo una balaustrada del mismo material que lo rodeaba teniendo unas escaleras que daban al mar. Esta dependencia albergaba a la izquierda para los usuarios seis cabinas de uso termal de pequeñas dimensiones y con capacidad para una sola persona, siendo alquiladas por periodos de media hora. Las casetas contaban con una bañera y un perchero para poder cambiarse, anunciando una campana el cambio de turno. Durante el cambio las pilas eran limpiadas con un cepillo, usando para ello carbonato sódico, para hacer la desinfección.
Habrá en el local, durante la república, un cine de precios populares que tendrá mucha aceptación. No obstante el tener que repartir los ingresos entre la numerosa familia que lo regentaba, hará que no resulte rentable, por lo que se tratará de vender.
Renovación 14/5/1933
Se vende el Balneario “La Giralda”. Para informes en esta redacción
El Giralda sobrevivió a las penurias económicas de la posguerra. Eugenia García Nogales, quien años atrás había compartido la regencia del local con sus ocho hermanos, tras quedar viuda y con cuatro hijos a su cargo, se encargará de dirigirlo haciendo funcionar el negocio.
Los cambios en los hábitos de baño en cuanto el uso del mar como elemento terapéutico motivó que finalmente fuera cerrado quedando en estado ruinoso, llegando los herederos, en septiembre de 1946, a un acuerdo con el ayuntamiento para adquirir la concesión, pues se pretendía construir el Balneario Municipal. La instalación con todo su equipamiento (pilas, calderas, maderas y tejas) será vendido por los herederos de Honesto García Chamorro por 35.000 pesetas al consistorio local, efectuando de esta forma el traspaso de la titularidad
Balneario Patria Chica
Este fue construido mediante concesión en febrero de 1926 a Juan Blázquez Manzanera, tenía experiencia en el negocio pues estuvo trabajando en la construcción del Teatro España y del Balneario Reina Victoria. Primero construyó junto al Balneario Reina Victoria uno pequeño de temporada, desmontándolo cuando finalizaba la temporada de baños. Pero viendo que podía ser negocio todo el año, solicitó y le fue concedida, una licencia para construir el “Patria Chica”. Un violento temporal ocasionará importantes destrozos en la cubierta el mismo año de abrirlo.
La Voz 9/10/1926
Esta mañana se desencadenó una formidable tormenta con vendaval, que originó daños en muchos edificios.
En el balneario de Patria Chica se hundió la techumbre, y como la vía quedó cortada en varios sitios, no pudieron salir los trenes.
El edificio será el último que empleó hierros como sistema de soporte para la estructura de madera. Estaba dispuesta la construcción mediante dos grandes pabellones. El central que era el principal se destinaba a sala de fiestas, haciendo también de restaurante. En el pabellón del ala izquierda es donde se encontraban los servicios de casetas y de baños, estando allí las calderas. Tenía una línea frontal de sesenta y ocho metros con cuarenta de fondo, estando ubicado en el lado occidental del balneario Victoria, lo que será criticado por tapar las vistas de poniente. Las casetas de baño termal costaban un real, mientras que las de agua natural diez céntimos .Por una escalera trasera se bajaba al cercado de esteras, donde las féminas tomaban los baños de mar que costaban cinco céntimos. Para no hundirse las bañistas había cuerdas que colgaban del techo.
El local se convertirá en el principal escenario para eventos sociales del pueblo, siendo donde se celebre la inauguración del edificio de la Plaza de Abastos (1927) o el banquete de honor de Clarita Palacios por haber sido elegida Miss Murcia (1935). Frente al balneario Victoria de un público más distinguido, este será el preferido a nivel popular entre los que nos visitaban.
El servicio de restauración en los años treinta estaba bajo Antonio Román Pérez “El Piculín” quien paso después al balneario Victoria. El establecimiento se encontraba en un momento de solidez económica habiendo inaugurado nuevas instalaciones cuando sobrevino la guerra.
La Verdad 24/6/1936
El balneario “Patria Chica” también ha abierto con nuevas e importantes reformas, pues ha ampliado con un nuevo salón la parte de poniente, en donde también ha construido el restaurant con magníficas vistas al mar.
Una vez acabada la guerra estuvo un tiempo funcionando como comedor de Auxilio Social.
Línea 11/5/1939
En Águilas, y en el Balneario "Patria Chica", se ha inaugurado un Comedor Infantil, para niños pobres y enfermos, con 200 plazas diarias.
Asistieron las autoridades militares, civiles y eclesiásticas: y numeroso público, que una vez más demostró el gran entusiasmo existente en este pueblo por la gran obra realizada por Auxilio Social
Por las camaradas de la Sección femenina se sirvió a los pequeños una esplendida comida a base de paella, judías con patatas, pescado al horno, pan y postres
El simpático acto termino con los himnos del Movimiento y Nacional.
Igual que había ocurrido con el balneario la Giralda, los cambios en las costumbres de los bañistas en el disfrute del mar le afectaran, aunque permanecerá en activo. En octubre de 1946, Manuela Sánchez Pardo, viuda del propietario del edificio Juan Blázquez, será obligada mediante un expediente de expropiación forzosa a venderlo al ayuntamiento con todos los elementos que contenía por un precio de 80.000 pesetas y con los derechos de concesión que serán transferidos al propio consistorio con la finalidad de construirse el Balneario Municipal. Se establece el compromiso, con la parte agraviada, de recibir el derecho de explotación de los nuevos baños que podría ceder vendiendo al mejor postor, no pudiendo subarrendarse. El principal motivo de su derribo fue por despejar la playa de Poniente de esta construcción que afeaba el lugar. Cuando fue desmantelado cumplía con todas las inspecciones sanitarias.
Balneario Municipal
El consistorio local por la mala imagen que daban los antiguos balnearios a la playa planteó la construcción de un balneario monumental moderno con todas las prestaciones en el espacio que estos ocupaban. La iniciativa partió del secretario municipal Francisco González Campoy aprobándose en sesión plenaria el 22 de Junio de 1944. El proyecto no se desarrollará hasta 1946 cuando se adquirió los que habían para desmontarlos, aunque las obras se retrasaron porque en aquellos momentos el consistorio no contaba con presupuesto para la inversión. La memoria inicial tendrá una revisión en 1953, cambiándose el primer modelo presentado.
Habría que esperar hasta 1954 para que saliera a subasta pública la construcción del edificio del balneario municipal que anunciará el boletín oficial de la provincia en el mes de febrero. El precio estipulado fue 405.158,87 pesetas, siendo la fianza provisional de 8.103,17 pesetas. La obra será adjudicada a Gonzalo de Santisteban y Bernardo de Quirós, según el plano que había realizado el arquitecto Eladio Ladero de la Cortina comenzándose en ese mismo mes. Este, antes había hecho la urbanización de la huerta del Consejero y las Escuelas Nacionales.
La prensa destacaba el establecimiento coincidiendo con la inauguración ese mismo verano.
Línea 20/6/1954
De línea sobria y ambientación mediterránea, el arquitecto señor Laredo de la Cortina —también aguileño por afinidad— ha trazado el edificio, que reúne sobre la fuerte plataforma de hierro y cemento que sé alza encima de las aguas, un gran salón cubierto para fiestas y reuniones con dos terrazas laterales al aire libre, restaurante, bar, .cuartos individuales para baños calientes, y celdas de duchas, todo ello teniendo en cuenta bellos motivos ornamentales y escrupulosos detalles de higiene y comodidad.
Un aliciente será el trampolín que se instaló en la parte trasera en la terraza central al que se accedía desde el mar con una escala de hierro, la cual se deterioró, usándose después una cuerda.
La restauración será llevada al principio por los propietarios del Bar “Los Candiles” mediante arrendamiento, habiendo en 1957 otro concurso para prestar el servicio de baños templados, restableciéndose un plazo de cinco años prorrogables con un tipo de 32.500 pesetas anuales.
El local se convirtió en un punto de referencia donde se hicieron bodas, bailes con orquesta, cotillones, fiestas, banquetes, elección de la reina de las fiestas, celebraciones de fin de año y carnavales. La Orquesta Ritmo de Eduardo Sánchez Manzanera era la encargada de amenizar. De los eventos realizados destacará la cena en honor del banquero Antonio Cortijos (1956). Igualmente, reseñar que la compañía de la película “Marcha o Muere” (1962) rodada en el entorno de Águilas, organizó un baile donde sería invitado el elemento joven de la localidad.
La apertura estaba prevista para el 25 de Julio de 1954, coincidiendo con el día de Santiago, organizándose una fiesta que será promocionada con un cartel donde había dibujada una bañista con pelele corto, lo que fue censurado por el cura párroco que lo considero como inapropiado, cambiándose el boceto original de inmediato alargando la ropa que vestía. No se efectuó finalmente el día indicado, retrasándose hasta agosto para ultimarse detalles.
Durante la inauguración acudieron las principales autoridades en un día que resultó grandioso.
Línea 4/8/1954
El pasado, a las once de la mañana, se celebró el acto de la inauguración oficial del magnífico balneario de Poniente, que tanto realce da a nuestras playas.
Ofició en la ceremonia de bendición el señor cura párroco del Hospital, con presencia del alcalde y demás autoridades y numerosos Invitados, quienes, después de recorrer todas las dependencias del edificio, fueron obsequiados con un “lunch” en la terraza de Levante. A las doce de la mañana se permitió el libre acceso del público, que rápidamente lleno el amplio salón y ocupó les numerosas mesas colocadas alrededor de la pista de baile.
Durante toda la tarde y noche, el servicio de bar y restaurante fue insuficiente para atender al alud de visitantes. La primera jornada del balneario constituyó un resonante éxito, que sin duda se prolongará durante toda la temporada de verano.
También han empezado a funcionar los baños calientes, con un insuperable servicio de agua dulce y salada.
La gran jornada festiva se completó con un gran baile a los asistentes y un certamen literario de tres categorías. La primera consistía en un soneto dedicado a la Virgen de los Dolores. La segunda un canto a la mujer aguileña y la tercera un poema que tuviera de temática el mar.
Un fuerte temporal de lebeche en 1962 afectó a los pilares que lo sustentaba, agrietándose las columnas en la base porque los materiales de construcción usados no fueron de calidad. El aparejador municipal realizo un informe en diciembre de ese año donde indicaba el mal estado que presentaban, por lo que se prohibió las celebraciones hasta hacer reparaciones notificándose esta resolución al empresario Blas Florenciano, el encargado de la concesión. Este mismo era quien regentaba el Bar del Gran Cinema Plaza de Toros y Cinema Ideal.
No pudo asumirse el coste de los daño, había habido cálculos erróneos desde el principio resultando deficitario, por lo que el consistorio optó al final por venderlo.
Línea 1/5/1965
El Ayuntamiento de Águilas da cuenta de la venta del balneario municipal en un millón de –pesetas.
Los importantes daños estructurales hicieron que pese al interés inicial no hubiera comprador por lo que finalmente el ayuntamiento optó por derribarlo, ampliándose la playa a los bañistas
El periodista Agustín Muñoz escribió después de demolerse una sentida glosa en su recuerdo.
Línea 6/8/1965
Ha muerto joven. Lo veíamos vigoroso, fuerte, con sus columnas metidas en el mar sufriendo día y noche, mes tras mes, los embates, a veces furiosos, de esas olas de levante o lebeche que se estrellaban en aquellas fuertes y bien concebidas columnas. Pero el mar actuaba a voluntad, sin que las mellas por el mismo producidas tuvieran un ligero remedio.
Una medicina a tiempo salva al enfermo, y esta penicilina en forma de cemento no le llegó. Enfermó gravemente y hoy día está en el suelo. Ya no vemos más que escombros, que son rápidamente transportados en camiones hacia su definitivo cementerio.
Pobre balneario, tan elogiado en su nacimiento; tan pomposamente bautizado y con tanta alegría en su efímera vida. Con sus bailes, con su animación, con sus refugios para todos aquellos que buscaban en el gran salón el fresco que a veces le negaba la playa con sus resoles solamente benéficos para quienes, en traje de baño, deambulaban por la playa.
Cómo te echarán de menos los que en esas horas del mediodía buscaban tu refugio ante un buen vaso de cerveza. Has sido el sacrificado por la nueva ola que solamente necesita playa y más playa. Los demás te añoraremos porque fuiste a sustituir a aquellos otros denominados España, La Giralda, Patria Chica, y sobre todo aquel de nuestros años infantiles que el fuego se llevó.
Adiós, balneario. Dejas unas magníficas vistas del mar desde el final de la entrada a la población; pero, sin lágrimas; te decimos adiós porque quién sabe si en alguna otra ocasión te volveremos a ver, que ya, a estas alturas, creemos que no!
Durante un tiempo, como las ruinas de un tiempo pasado resistiéndose a desaparecer, quedaron los hierros de la estructura en el mar, representando así el final de una importante etapa en la historia del veraneo en Águilas y marcando una nueva época en que dará inicio al desarrollo turístico de la localidad.